23/2/09

IMAGINARIUM KLAUS Nº 4 (Novela por entregas)


Klaus abandonó la sala murmurando, necesitaba contactar con su interior pero éste había descendido a los infiernos sin posibilidad de respuesta. Se escabulló por la puerta de atrás sorteando, ahora sí, a la prensa y a los que creían ser portadores de la verdad, un artificio, utilizado como arma ideológica. Mientras descendía por las escaleras recordó la imagen de Marlene y sintió su dolor.
En la entrada una mujer de aspecto decadente se presentó ante él con la pretensión de certificar aquella situación insólita, ella cogió sus manos prometiéndole ayuda para demostrar su inocencia. Klaus le preguntó:
-¿Cuál es tu nombre? ¿Cómo puedo contactar contigo?- La mujer respondió sin vacilar.
-Soy la verdad, yo te encontraré a ti- y ésta fue la primera vez que miró sus ojos.
Salió a la calle para observar como el sol calentaba su enfado y tras unos cuantos pasos comprobó, extrañado, que su sombra era inexistente. Al doblar la esquina y secar sus goteras más profundas se topó con Alejandro, seamos precisos, con el humo de su cigarro habano, una cortina que nublaba sus divagaciones a pesar de su consistencia.
-Hombre Alex, tus pensamientos te preceden. ¿A quién has manipulado para conseguir que me carguen el muerto? La justicia cada día funciona peor, últimamente está más ciega que de costumbre…– incitando al secretario del juzgado, amigo con el que salía de vinos por el Franco, buen conversador y muy crítico con la política local.
-No hay ningún muerto… y, por lo tanto, no existen indicios o pruebas incriminatorias… pero por motivos de ética personal y profesional no sé, ni quiero saber nada de este asunto y déjate ya de pensar que tú tienes la culpa de todos los males del mundo, klaus, que nos conocemos. – desentendiéndose del problema y de su amigo.
-Si no supiese que esto es solo una novela creería que me estoy volviendo loco y esto no es un juego de mesa o por lo menos a mí nadie me ha enseñado las reglas. Es sólo que tengo la autoestima baja. ¿Cómo puedo estar yo implicado en la muerte de mi hermano? Estoy destrozado… este argumento se cae por su propio peso. ¿No crees que esta trama está perdiendo el hilo?– Pregunta Klaus, arremolinándose en contra de su propia ficción.
-Puedes rebelarse siempre en contra de lo que está escrito, nuestro destino lo hacemos nosotros mismos, no somos sólo personajes de nuestra vida… tu coartada es tu integridad. - aconseja Alex cortando los hilos de un tejemaneje imaginario y dejándolo en suspensión por unos segundos.
-Estás equivocado, soy un personaje cuando estoy en esta novela, pero yo tengo mi vada personal cuando salgo de trabajar en esta novela. No puedo saltar de una ficción a otra a pesar de mi carácter ciclónico irreversible– asegura Klaus enojado.
-En algo estoy de acuerdo contigo, tenemos bastante libertad de movimientos… ¿cómo podríamos mencionar esto siquiera?- añade Alex.
-Acabo de intuir la respuesta, querido amigo, estamos encontrando nuestro lugar en la trama, seguramente, también esto ha sido escrito. – sentencia Klaus abandonando, por el momento, todas sus dudas.
Después de girar sobre sí mismo como una columna de viento, Klaus, hace una declaración de intenciones:
-Quiero demostrar que la verdad tiene muchas caras y frecuentemente se falsea. Mostraré mi inocencia y, en relación a los colombianos, puedo demostrar que son buena gente, me invitaron a una cerveza. El problema es que no beben y me dejaron por imposible cuando ya llevaba tres. Después de la cuarta no recuerdo nada. - aseguró, Klaus, dirigiéndose a una verdad que sólo ha visto él y creyendo estar de su parte.
-Intentaré averiguar algo extraoficialmente, te habrán hecho algún análisis de sangre, pero no te prometo nada…– afirmó Alex tranquilizando a Klaus.
-Sabía que no podías fallarme, Alex, te lo agradezco, tienes que echarme un cable, amigo. – respondió más calmado asentándose en su papel.
En ese instante aquellos vientos insolentes con los que Klaus había renegado de su propia historia, se apaciguaron soplando más favorables. Alex lo miró a los ojos cómplice, apagó su habano y se esfumó… CONTINUARÁ…

Copyright 2009: Esther Ferrer Molinero

15/2/09

IMAGINARIUM KLAUS Nº 3 (Novela por entregas)




-Llegas tarde, Klaus, a contratiempo… y como una exhalación extratropical…- comenta la abogada defensora introduciendo a Klaus de un empujón en la sala.




Klaus, avergonzado, masculló una excusa hacia el cuello de su camisa colocándose la corbata. De camino al juzgado le hubiese gustado ser Houdini al escuchar las infamias de una mujer que gritaba:




-Asesino, bastardo…– el alemán, que esquivó todos los puñales, notó como se arremolinaba un torbellino en su interior apaciguándose poco a poco. 




En el exterior crecía el desconcierto y el volumen de las acusaciones. El juez acababa de irrumpir en los pasillos para pedir silencio, acto seguido, los periodistas y familiares que esperaban fuera bajaban el sonido de sus reivindicaciones. Dentro, en la sala, el coro testifical rompía el silencio.


Eran las diez y media según dictaminaba la Berenguela desde su torre y se abrían, por tercera vez, las puertas de la sala. Un silencio admirativo se apoderaba de la estancia mientras entraba Marlene Dupont. Marlene era una estrella de la 'Chansón francesa', intérprete de voz edulcorada que caminaba con un contoneo elegante y sinuoso. Marlene parecía un interrogante enfatizado y la cantante principal de un cabaret berlinés que giraba aquellos días por las ciudades más importantes de Galicia. Tras una cortina tupida de maquillaje se mostraba una niña maltratada por la vida durante muchos años. La fuerza de su carácter la había convertido en un muro impenetrable y a la vez seductor.
Marlene era, también, la testigo de cargo de un crimen, la testigo principal de la acusación en el presunto asesinato de Max Whinkel, el hermano de Klaus. Un carácter ciclónico, como el de Klaus, derribando un muro infranqueable sería una buena aleación que provocaría intensas turbulencias y no precisamente atmosféricas. Ella era, sin duda, la portadora del informe desfavorable y la última noche que habían compartido en su casa le había proporcionado la clave para iluminar esa parte de la escena del crimen que permanecía en la sombra.


El juez, después de tomar declaraciones a todos los testigos, dictó auto de procesamiento contra Klaus Whinkel en base a los indicios racionales de criminalidad que lo señalaban como autor material del asesinato de Max. Klaus quedaba, así, en libertad con cargos y sin fianza, ya que el juez estimaba que no existía riesgo de fuga.


El imputado y la testigo cruzaron las miradas al salir de la sala y notaron como la ira fragmentaba sus especulaciones.


Ella le susurró suavemente con voz rasgada -Me has juzgado sin conocerme…- sin poder enfocar con claridad sus ojos.


A lo que Klaus respondió -No he podido evitarlo, mis prejuicios son ahora tu perdición… este juicio falso nunca se celebrará. – añadió, Klaus, mal herido.


Marlene respondió -Tus dudas son razonables pero no esclarecen nada, desata la venda de tus ojos y obsérvate. No has matado a tu hermano. Saldrás airoso. – comentó desafiante subiendo su orgullo diez centímetros por encima del listón.


Klaus, dolido, asestó -Quítate la venda de la cara y admite que eres un ser humano. - hundiendo su puñal en la herida y dejándola moribunda.


En ese momento certero las lesiones de la cara de Marlene se hicieron visibles y ante los ojos atónitos de Klaus cicatrizaron para siempre… CONTINUARÁ…

Copyright 2009: Esther Ferrer Molinero.

8/2/09

IMAGINARIUM KLAUS Nº 2 (Novela por entregas)






Klaus había recibido una cerveza bien fría transformando el silencio en estruendo, su cabeza parecía haberse teñido, primero de sombras y a continuación de luces. El alemán consiguió enfocar lo desenfocado y el sonido se hizo presencia…



-Klaus, despierta, klaus, abre los ojos… estoy aquí... ¡klaaaaaus! – Repetía con insistencia una voz desde el fondo del silencio.


-¿Quién eres? ¿Estoy muerto? ¿Dónde estoy?– Preguntaba, Klaus, inquisitoriamente a aquella entidad desdibujada.


-Es la resaca de tanto beber, no te preocupes, se te pasará. - Respondió una voz  imaginaria. 


Sombras y luces… (sonido)… el del flash de un fotógrafo que pretendía recoger la escena entre la multitud expectante. En ese preciso instante, Klaus, regresaba a la vida y notaba la presión de una mano fría sobre su frente; era la mano de una enfermera colocándole una toalla sobre su cara.


La enfermera repetía una y otra vez -¿Cómo se llama? ¿Dónde vive? ¿Hay alguna persona a la que podamos avisar?– Intentando mantener el contacto, el sonido y la luz.

Klaus sólo podía recordar la cara de aquel colega colombiano y de su tatuaje. Esa imagen, la de un símbolo infinito, se materializaba y, Klaus, que intentaba abrir los ojos desesperadamente, notaba como un telón de dolor golpeaba su cabeza.
Anuska, la joven que había conocido esa noche en el pub de costumbre, se subió a la ambulancia con él y le sujetó la mano durante todo el trayecto hasta el Hospital Universitario. Luces, sirenas y una carrera por los interminables pasillos del hospital, le devolvieron a Klaus la respiración y la consciencia; aunque esta historia se remontaba al pasado y ya habían pasado tres años desde aquello.

-¡Piiiiiiiiii!...- se escucha un claxon desde la calle de las Huertas despertando a un sobresaltado Klaus y anunciando, para su desgracia, que había dormido durante veinticuatro horas seguidas encontrándose en el presente, un lunes, a las diez de la mañana y que a esa precisa hora tenía que declarar en el juzgado de Instrucción nº 2 de la Algalia. Se lavó compartiendo espacio con su gato y se enfundó el único traje que tenía en el armario para salir escopetado tres minutos después.


Mientras aparcaba, la contundente resaca, le recordó la reunión de amigos hasta el amanecer de la que sólo quedaban restos de colillas en un cenicero a rebosar, humo disipado en su cabeza y un informe bastante desfavorable… CONTINUARÁ




Copyright 2009: Esther Ferrer Molinero.

JESUS PEREIRA 'SULY', LA MEDIDA DE TODAS LAS COSAS













Si nos dejásemos llevar por el pincel que guía la mano de Jesús Pereira ‘Suly’, nos sumergiríamos en la ensoñación real e imaginaria de un genio creador en su justa medida. Provisto de una enorme sensibilidad evocadora y un pausado lirismo, nos aproxima a la esencia de la verdad en su fundamentación teórica.
El artista, artífice de todo lo que acontece en la escena pictórica, recrea un universo particular compuesto de imágenes localizadas en unas coordenadas espacio-temporales sutilmente definidas y magistralmente contrastadas por los efectos matizados de luces y sombras.
Utilizando una técnica del dibujo y del color muy depurada, el pintor, con un virtuosismo armonioso, es el narrador omnisciente. El autor se posiciona como el ojo catalizador que todo lo ve y el exponente absoluto de la delimitación de los contornos y volúmenes, la consecución de atmósferas y la materialización de las texturas para diseñar lo bello y el gusto por el preciosismo, incluso, en reminiscencias de temáticas más cotidianas.
‘Suly’ es el ilusionista que consigue concretar realidades dónde sólo existe lo onírico y desdibuja siluetas que trascienden la realidad del cuadro con una excelente ejecución formal.
‘Suly’ es la avanzadilla de un movimiento que no cesa y es la expresión del artista, con mayúsculas, que busca la superación a través de su obra.


Esther Ferrer Molinero.
(Crítica de arte. Catálogo Universidad de Vigo. Exposición abierta hasta mediados de febrero.)

ANACOS (Exposición de siete artistas)




Siete éticas estéticas depuradas,
siete artistas que gimen lágrimas tupidas,
siete fuentes derramadas sobre sus lienzos sangrantes,
una por cada sello sigiloso,
una por cada llanto que clama en silencio.

Un latido es el sonido perfecto del arte
en negativo positivado, si la luz consigue revelarlo.
Luces, visiones, siete partes fragmentadas,
siete autores que gritan al nacer de entre sus envolturas,
siete cordones sellados al ser cortados.

Suenan instrumentistas devastando con batuta cincelada
intérpretes solistas sin ropajes cual vestiduras rasgadas.
Siete vestigios cifrados en clave de sol
siete trompetas resquebrajando estructuras,
un apocalíptico desenlace para el alumbramiento del arte.

¿ANACOS? SIETE.

Esther Ferrrer Molinero.

(Taberna Enxebre, Hostal dos Reis, Santiago. Hasta mediados de febrero)

5/2/09

IMAGINARIUM KLAUS Nº1 (Novela por entregas)


El tiempo se presentó por sorpresa, con una sonrisa desgarradora y arrasando. Aquella tarde se había creado un clima agradable, conversaciones diluidas, vasos vacíos y algún grifo subterráneo del que no manó ningún informe favorable. La laguna interior parecía estar desbordada.

A las diez de la mañana, en el juzgado de primera instancia nº 2, Klaus, que había terminado su declaración, se liberaba del peso de ser albacea testamentario y estar en posesión de la caja de la discordia. El goteo de llamadas realizadas por el juez había sido continuo: primero el padre, después la madre y dos sobrinas, en definitiva, todo el parentesco conocido del muerto.


Max había fallecido repentinamente descansando, al fin, bajo tierra. El cofre que había caído en manos de Klaus, el hermano menor de Max, se esfumaba sin dejar pistas para refresco de una recalentada conciencia familiar. Todo ello había desembocado, al final de la mañana, en un tiempo atmosférico complicado; al salir del juzgado y doblar la esquina de la Algalia, el frío, que era el principal agente secuestrador decidió congelar el instante para almacenarlo en su retina.

Habían pasado ya tres años y no conseguía recordar como había comenzado todo. Un detonante activó el mecanismo en su cabeza y aquella desafortunada noche de verano acababa de proporcionarle, el flash, que reconstruía la historia golpeando, una y otra vez, sus oídos como un mazazo adjudicatario.

Klaus solía deambular sólo por el casco viejo de Santiago, le daba igual que fuese lunes o martes, estaba sólo en la ciudad, era agosto y la temperatura elevada de su cuerpo, le incitaba a la evaporación del alcohol que sudaba por sus poros. Klaus, de origen contestatario, se descubría como un chico ciclónico. Era un joven que se encontraba al límite de la realidad saltando su precipicio imaginario. A pesar de tener un carácter muy pronunciado, aquellas palabras incendiarias que pronunció no poseían el efecto retroactivo que tendrían hoy, eran como una pistola sin retroceso. Eso sí, de su boca salían improperios a borbotones, los de una un animal atorado en un callejón sin salida.

Aquel día el ciclón se encontraba en su cabeza y no pudo evitar pronunciar aquella frase:


-No pensamos lo mismo, porque hemos evolucionado por caminos diferentes, pero comprendo y respeto tu forma de pensar porque no eres ni un asesino ni un genocida ni un narcotraficante.- Descargando sus palabras sobre aquel colombiano que se encontraba en la barra, con una cerveza a medio terminar.

El colombiano, que estibaba barcos y estaba fornido, se abalanzó sobre él y sin mediar palabra, le invitó a una cerveza. Las botellas volaron en un vuelo bajo y estridente para aterrizar en sus manos… CONTINUARÁ…

Copyright 2009: Esther Ferrer Molinero.

2/2/09

COMO EN EL CAMAROTE DE LOS HERMANOS MARX (columna publicada en prensa)


El derecho de acceder a una vivienda digna es una de las grandes concesiones que el gigante de la opulencia, el capitalismo atroz, ha proporcionado a las sociedades modernas.
(Suena un acorde disonante que chirría en mis oídos.)
La dificultad para adquirir una morada habitable, (que se lo digan a nuestros antepasados prehistóricos), existe desde la aparición de los primeros restos arqueológicos, llamados 'lugares de habitación'. Hoy en día la complicación es doble. Es inherente a la razón de ser de la especulación inmobiliaria. Una planificación urbanística de abusivos intereses que difieren totalmente de los derechos de un desprotegido ciudadano. Propongamos, pues, la vuelta a las cuevas de Abrigo, aunque no todos estemos dispuestos a ceñirnos un escueto taparrabos.
(Se escuchan insistentes tambores de guerra.)
La compra de inmuebles es una utopía propia de contorsionistas pecuniarios e hipotecas centenarias. Son necesarias varias reencarnaciones o alcanzar la fuente de la eterna juventud, la Sangri-La prometida, para hacer frente a tanto dispendio. El espacio y el tiempo se han plegado; así sucede en las grandes conurbaciones orientales.
(Suena el tintineo de una caja de música olvidada en el recuerdo.)
El metro estricto se oferta a cantidades astronómicas. ¿Quién da más? Se ha iniciado una subasta y se ofrece al mejor postor. Dimensiones irrisorias que no alcanzan los 30 metros cuadrados, son más propias del país de Liliput.
(Un mazazo golpea tus sueños machacándolos.)
El comprador indolente se recompone y se adecua al perfil que proyecta un robot de cocina multifuncional. Son los saldos de una oferta "todo en uno", una sola estancia en la que se integran las demás. Se abre así, un océano de posibilidades en el baño. El W.C. es un cómodo sillón de hidromasaje con chorrillo incluido y un soplo de esencia primaveral. La habitación tiene su intríngulis si se consigue encontrar la cama que sale del armario. (Se ofrece la posibilidad de una gran salida,"del armario".) Uno se convierte en un agente especial 007, o en un accidentado huésped del camarote de los Hermanos Marx.
Como diría Groucho "pasen, cierren la puerta y háganse un sitio, si pueden y si le dejan".
(Acordes acordados cuelgan las notas definitivas.)
Esther Ferrer Molinero

OJOS QUE NOS MIRAN (columna publicada)


Nuestros ojos son como los de Alex, el protagonista de ‘La Naranja Mecánica’, continuamente sometidos al tratamiento adoctrinador. Existe un poder oculto, el poder del ‘Tercer ojo’. Esta es la historia del ojo que todo lo ve, es el enfoque distorsionado de una ‘vouyeuse’ insolente, desde una ventana bastante indiscreta. Es la crónica del poder de gobernar, es la crítica al poder de dominar.
El ojo, en su locura controladora, ve más allá, sufre de visión panorámica interactiva, se pone en el lugar del ojo paralelo. Domina la mente porque es ojo pensante, es un ojo globo, asciende hasta la perspectiva cenital y desde allí domina el mundo. Imparable, sale de su órbita como ‘óculo borrador’, sabe lo que estás pensando, ordena lo que debes pensar. El ojo corrompe porque tiene poder, el poder del conocimiento. Ojos escrutadores, que miran y no ven, asienten sin cesar. El poder es la dominatriz en sus sueños. Al ojo lo somete la pupila, pupila con pretensión de reflejo en ti, pupila que focaliza su mirada. El ojo es el poder y, su pupila, la política. La política, como alumna aventajada, ¿no debiera poseer miras más elevadas?
Prestemos, entonces, unas lentes ‘impertinentes’ a nuestros políticos más referentes; así podrán centrar tanta visión desenfocada. Aprovechando que pronto llegará la primavera, no nos alteremos, salgamos de la mano de los más valorados. A Sánchez Bugallo le colocamos unas ‘Ray Ban’, un modelo retro años 60, para poder mirar con aire desenfadado. De este modo, cuando haga un guiño inesperado no deslumbrará a sus amigos partidarios. El estilo de Gerardo Conde es más relamido y pulcro, pongámosle unas de pasta y corte cuadrado, unas Calvin Klein le irían bien. Por último, a Socorro le recomendamos las Dolce&Gabbana, únicamente escogidas por la controversia que suscitan algunos de los anuncios de las últimas semanas. Eso sí, todas homologadas por la UE. Todas con filtros solares adecuados y cristales perfectamente tintados. Cristales que no impidan ver el sol para visionar el ‘eclipse total’, en las próximas elecciones. Observemos sus puntos de vista, captemos sus programas, grabemos sus diatribas y, finalmente pongámonos un filtro, porque en política como en la vida, todo depende del color del cristal con que el ojo mira.
Esther Ferrer Molinero.

MOJARSE CON RAZÓN (Columna publicada)

Silencio…“Me mojo, me mojo…” Esto es lo que repetía insistentemente, un niña, cuando en su tierna infancia y colocada debajo de una gotera, se resistía obstinada a abandonar el chorreo acompasado que, sutilmente, resbalaba por su cabecita caprichosa.
Silencio… leve sonido de un tic-tic… como aquel martilleo increscente que producía el goteo. La ‘resaca’ ha hecho acto de presencia en la escena. La resaca por falta de hidratación, de fuentes, de información. La resaca es la actriz principal, también es el mar de fondo. Es la prima donna, en su decrepitud. Su interpretación un tanto histriónica y gesticulante, más bien parece la de Norma Desmond (Gloria Swanson) en el “Crepúsculo de los Dioses”.
Silencio… aparece Norma, actriz de cine mudo en plena decadencia que sufre por la imposibilidad de trascender al cine sonoro. Padece la ‘resaca’ que provoca el estrellato y la fama en noches estelares. El silencio es menos dañino para la ‘resaca’, más respetuoso, aunque también más gélido y cruel. El sonido del comienzo de la película de B. Wilder es la voz en off de un muerto que resucita narrando la historia de su silencio. ‘La resaca’, al igual que Gloria Swanson y el golpe de mar, van y vienen tambaleándose. ‘Gloria y Norma’ se deslizan por la escalinata del ocaso en una última aparición, sabiendo que sus palabras ahogan el silencio y éste ya no tiene presencia escénica.
Silencio… y sonido. Naveguemos hacia el sonido, busquemos las palabras, a veces inexactas. El silencio es necesario para los diálogos. Esto aconteció en el paso del cine mudo al sonoro y también sucede cuando no hay ‘diálogo’ en un conflicto armado, sea del tipo que sea. Démonos un masaje capilar después de “mojar” ahora sí, con razón, nuestras cabecitas pensantes, en un yacuzi relajante.
Esther Ferrer Molinero.

LA MÁQUINA DEL TIEMPO


Hay una Máquina del tiempo emplazada en una de las puertas de entrada al centro histórico. Piensen en la magia del momento y déjense llevar. Eso sí, abróchense el abrigo, porque vamos a trascender ¿el espacio y el tiempo?. No es tiempo perdido sino tiempo recobrado, como diríaProust.
Situémonos en la Puerta de Mazarelos ubicada en la antigua muralla. No vamos a pagar ningún ‘portazgo’ que de impuestos ya estamos servidos. El recorrido nos lleva hasta la antigua Universidad donde podemos contemplar el trasiego de la plaza. La vida en el S XIX transcurría a pie, las clases más favorecidas disponían de caballos. También se utilizaba la “Carrilana” para viajeros del tiempo. ¡Eso sí que era un coche de caballos!. Hoy los viajes en ella son nocturnos, en el pub homónimo, aunque a nosotros que somos transeúntes, los cascos, los del caballo no los de la botella, no nos preocupan. Nadie parece advertir nuestra presencia. Las gentes trabajadoras transitan por la rúa de la Calderería para llegar desde el Preguntoiro a la Plaza de Cervantes, centro de ebullición del mercadeo y de la vida social. Una anciana que parece distinguirme entre la multitud me ofrece un panecillo. Su clarividencia me asombra, porque intuye al cogerme la mano que vengo de un tiempo lejano.
Tañe la Berenguela en la Catedral anunciando que ya es tiempo de regresar, porque tal y como están las cosas de la propiedad intelectual, los herederos de H.G.Wells, podrían intentar cobrarnos algún derecho de autor o, si se ponen, de patente. Me subo al artilugio, con el pan debajo del brazo y pienso en el tiempo pasado y en el que ha de venir. ¿Acaso no es todo producto del Tiempo?
Esther Ferrer Molinero.

¿PONEMOS LA MESA... ELECTORAL? (columna publicada)


¿Nunca se han preguntado en que se parece el ‘almendro’ a las elecciones?
Pues, sin lugar a fraudes, ni a pucherazos calientes, encontramos algunas similitudes:
En primer lugar, las que existen entre la dureza de la tableta del turrón y los tropezones rigurosos del accidentado viaje de algunas papeletas. En segundo, el paralelismo utópico que se establece entre las promesas publicitarias y los frutos secos de los resultados. Y, por último, la evidencia de que en elecciones todo el mundo regresa a casa… para votar, algunos más de la cuenta, por pelotas.
¡Ring… Ring… suena el timbre!... abres y una mano te estampa en la frente una carta como un sello. Se trata de una carta certificada del ayuntamiento ( piensas... ¡Los puntos!) pero no esos que te pusieron en la frente por patosa, sino, aquellos que forman parte del universo del ‘pequeño turismo’, vamos los que te movilizan. Lees detenidamente unas letras bailonas y observas ¡oh, sorpresa! que no te ha tocado una batería de cocina, aunque tus ojos son como platos. Te han seleccionado para sentarte en una mesa, sin mantel, sin comida pero con dietas. ¡Qué alegría, eres vocal en una mesa electoral! Como siempre tienes mucho que decir, sale de tu boca algún improperio (...) Más tarde, compruebas que tu hermano es tu suplente. ¡Qué suerte la suya! ni siquiera hará acto de presencia. Recapacitas y... piensas en la responsabilidad de cumplir con tus deberes de ciudadana y en el valor de la democracia pero no en América, sino en Compostela. ¡Si Tocqueville levantase la cabeza!
Hay una mesa puesta para ti en algún colegio electoral. Es la vuelta a las aulas, rodeada de papeles, de cabinas de cortinilla, en las que López Vázquez eliminaría sus fobias. Es el día de interventores custodios que no intervienen casi nada.
Una jornada laboral en domingo ocioso. Hagamos quinielas de participación. Si hace sol, el grueso del pelotón se reservará para el cierre y si llueve, tendremos un goteo intermitente.
¡Hagan sus apuestas queridos electores, juguemos al juego de sentar al candidato en el sillón más cómodo del salón regio! Los menos votados se quedan sin él porque no hay mayoría, pero no se preocupen, en este juego todos ganan... nadie pierde. Siempre podemos pensar que… ¡De ilusión también se vive!
Esther Ferrer Molinero.