26/4/09

VELADAS Y CAÍDOS (la oportunidad)


Velas tibias se deshacen en penumbras
y languidecen tras la ventana entreabierta.

Estoy aquí, al otro lado, soy tu alma, te añoro y lloro.
Vago perdida en el abismo sombrío de los condenados.

Ahora sí, proyecto mis deseos. Son inalcanzables.
Mi cuerpo doliente aún tiembla al mirarte. Cicatrices.
Dormitaba, te aguardaba, siempre espero, palabras...
Respiro de ausencias perforada. ¿Nunca reparas?

Me observo al final del laberinto,
entrelazadas alas decrecen mustias.
Cayendo envanecida en el espejo,
respondo a los que no pienso. Nunca reparas...

Artificios desvaídos no disipan mi gravedad.
Galopantes latidos, a contratiempo, perdidos asonantes.
Aletargada desapareces, fugitiva, inflamada, delirante, altiva…
Reclamo silencio en llamas y apago tu pira funeraria. Nunca reparas...

Me consumo, extinguida, declino mi pabilo. Fuego fugaz.
Los cirios no prenden avivados por los sueños. Nunca reparas…

Ahogo mis dudas en la laguna profunda del abandono. Acallo sus voces.
Contemplo, triunfante, mis manos manchadas por sanguinas.

16/4/09

MOTIVOS (del poemario MUSAS HIPERACTIVAS)



Desde mi inquietud trazo líneas y esbozo una silueta,
una sombra que huye, que se diluye en un vaso.
Deja su aroma, un perfume que penetra en mi recuerdo,
y me emborracha de deseos no alcanzados.

Como esa bruma que se esfuma, que languidece,
así comienza a desvanecerse tu imagen.
Tras una bocanada de reflexión,
llega otra de alivio y olvido.

Pero la niebla se hace cada vez más dramática
y se expande en todas direcciones.

Las cenizas están frías, todo esfuerzo ardió en vano.
Se esfumó silenciosamente y no dejó surco en mi memoria.
Sólo con un trago rápido aparece,
un sorbo que calma la ausencia y no la necesidad.
Esther Ferrer Molinero.

DESIERTOS DEL DESTIERRO (la oportunidad)



Creo reconocerme caminando hacia mi destierro...
soy aire y no puedo respirar.
Inhalo entre los muertos un aroma a flores rancias,
aguardo a los yacentes,
escucho ecos que susurran silencios vacíos.


Lloro sangre derramada por los sufrientes infieles.
Los abandono al expirar y me desangro. Agonizante.
Muero muriendo, y no muero porque el dolor llaga.


Ningún desgarro merece la muerte.
Dormid y despertad sin alma para no sentir.
¿Sientes? a borbotones huidiza.


¡Escúchame! te hablo desde las entrañas.
Tu aliento se evapora,
fluye por el desfiladero, encajonado, y se pierde...
aniquilado, soplando el polvo,
se desvanece en las arenas del olvido.


¿Sufres perdida en el desierto del sueño?
Inalcanzable y espeso infierno el de esta duermevela.
¿Por qué nunca retornaste? Sólo yo soñaba en un sueño roto.


Te ahogas y tragas la polvareda que levantas.
Insoportable, me falta el soplo.
¿Acaso no puedes chillar?


Grito en silencio desde mis cenizas movedizas.
Esther Ferrer Molinero

15/4/09

DE LAS ORILLAS DEL SAR A LOS OJOS DEL GUADIANA (del poemario MUSAS HIPERACTIVAS)



De las riberas del Sar a los ojos del Guadiana tendemos puentes soñados que cruzan caballerías henchidas de ideales.
Entre todos, se divisa a un caballero andante de semblante anguloso y longilíneo, el arte.
El arte es como un caballero desprovisto de armadura.
Una abstracción inexistente, sombra de su propia sombra,
elocuencia de la vida, que decide emprender una cruzada.
Una cruzada perfecta contra la vida imperfecta y finita.

Vivir retando a la vida es seguir viviendo.
Su juego, el de la imaginación, en un mundo de incertidumbre y duda.
Su lucha constante, una agonía que no se puede eludir.
El tiempo, su gran aliado.
Nota: originalmente este breve poema narrativo fue escrito pensando en la muerte (me inspiré en "El séptimo sello" de Bergman). Posteriormente, tras un breve encuentro con el inconsciente onírico, tuve que modificarlo al experimentar un sueño de contraste. En el sueño, un artista empobrecido, muere al finalizar su composición deconstruida en damero claro oscuro. Para algunos autores parir su obra es una muerte en vida. Finalmente, sustituí en el poema la muerte por el arte.
Esther Ferrer Molinero

10/4/09

IMAGINARIUM KLAUS Nº 6 (Novela por entregas)


El viento rugía encolerizado, bramaba con un soplido infernal que se hacía cada vez más insistente. Al instante, comenzaron a volar objetos de todo tipo y una bandada de palomas cruzó el cielo esbozando un dibujo, las aves enfiladas como escuadrón de la muerte formaron una A. Klaus, desconcertado, resoplaba sin percatarse de que emitía un bufido estridente, un sonido, que parecía provenir de las entrañas y ese ser no era otro que él mismo. El alemán abandonado en su abismo centrifugador acababa de abrir una puerta que conectaba este mundo con el interior. Sus ojos eran dos focos por los que se escapaban rachas de vida, dos soplos que proyectaban la ira de Eolo.

Marlene, atónita y boquiabierta, no podía creer lo que estaba presenciando y sin poder ejercer alguna resistencia se subió a la cola del viento en las inmediaciones del Centro Galego de Arte Contemporáneo. Klaus comenzó a girar sobre sí mismo como si de un tornado se tratase, de su pecho partían ráfagas de viento que se acumulaban en un punto del firmamento y después de expulsar todos sus males, cual caja de Pandora, se precipitó hacia el suelo empedrado sintiendo como aquellas estrellas puntiagudas que había visionado, se clavaban en su costado derecho.
Ambos corrieron para refugiarse en el centro de arte y en unos segundos, comprobaron que estaba desierto, entonces, decidieron atrincherarse en él hasta que se calmase el ciclón exterior. El ciclón interior, Klaus, se encontraba sin fuerzas para enfrentarse a la tormenta que se avecinaba.

-¿Te encuentras bien, Klaus?- preguntó Marlene atrancando la puerta de entrada.
- Me encuentro... - (moviendo la cabeza para hacer encajar las piezas del rompecabezas interior) - ... no sé si bien o mal, es como si un ciclón hubiese pasado por mí dejándome sin fueros… lo he  neutralizado…- comentó convulsionado.
- Habré sido yo, ya sabes… tengo fama de bruja…- (con voz de femme fatale acentuada).
- Bueno… - recreándose en la burla.
- Mira que eres canalla… consigues darle la vuelta a cualquier acontecimiento, para sacarle tu propio beneficio
- Schsssssss… fíjate un paraguas volando y una niñera detrás… - comentó Klaus observando a una niñera que parecía levitar.
-… Ahora sólo queda actuar… parece que el mal tiempo se ha llevado también tu mala uva…- añadió Marlene.
-…de las uvas malas hago mosto… un mosto con un carácter dulzón y empalagoso, tan edulcorado, como tú…-… Pues no te emborraches de zumo… que a ti te pega más, el vinillo peleón…- le respondió ella con una amplia sonrisa.
- Si congelamos esa sonrisa demoledora podríamos modelar una escultura de sal… - perfilando sus labios con el dedo.
- No te entusiasmes que lo único que van a perfilar tus manos son las molduras de la puerta de entrada… para que no penetre ni un resquicio de tormenta.- descargó ella imaginando unos labios gigantes suspendidos en el techo.
- Cerremos las Puertas del Paraíso… de este, mi paraíso particular y acompáñame que te voy a guiar, en una visita, por las estancias del Centro de Arte…- ¿Hacia dónde?...
- Hacia la libertad... vamos… una visita guiada por los recovecos del corazón…del corazón de este museo de arte, claro está…-
-¿Claro? oscuro diría yo... cada vez está más cerrado.- Mirando por la cristalera hacia el exterior del edificio de Siza.

Marlene, distraída, consiguió sintonizar la radio a través de su móvil para poder escuchar el parte meteorológico. Éste anunciaba el paso de un ciclón extratropical con vientos de más de 180 Km/h en la franja litoral gallega. En la costa, se esperaba mar de fondo y mar de viento arbolado con olas de más de 12 metros de altura. Las autoridades, Protección Civil y Meteogalicia recomendaban no salir de casa si no era imprescindible, evitar (en la medida de lo posible) coger el coche o cualquier otro transporte público, asegurar puertas y ventanas y tomárselo con mucha calma, en las siguientes doce horas estimadas de duración del fenómeno.

- Presiento que vamos a tener tiempo y malo para una extensa visita guiada y creo que te puedes olvidar, por el momento, del asesinato de tu hermano Max, sólo por el momento.
- ¿Sigues pensando que tengo algo que ver en ese escabroso asunto?
- A partir de este instante… no puedo opinar ni juzgarte… no dispongo de datos objetivos. Y además, me gusta el Bel canto, no cacarear las intimidades de los demás.- añadió mirándolo directamente a los ojos.
- ¡Marlene, como buena francesa, eres toda una resistente!... menudo concierto que me estás propinando…- Ahhhh... te has dado cuenta. Estoy afinando mi voz para el sábado, quiero dejar de ser la eterna promesa y convertirme en una realidad. ¿Acaso dudabas de que fuese cantante?- aseguró estirándose como un pavo real.
- La sombra de la duda siempre planea sobre mi cabeza. Tengo goteras interiores, lagunas muy profundas y, a veces, me llueven piedras con cierta intensidad, casi podrían ser meteoritos. - Masculló buscando su imagen en el espejo de aquella sala del museo, sin encontrarla.

Al lado de Klaus crecía un charco de agua, él se percató del incómodo asunto y pensó que su personaje comenzaba a perder sustancia, reflexionó durante un instante y se inició su calvario particular:

- Sin sombra, sin imagen y perdiendo aguas… ¿En qué clase de individuo me estoy convirtiendo?- se preguntó – no puede ser…-

Y le asaltaron, otra vez, las dudas… -esas pequeñas insolentes que ensombrecen su papel en la historia- ... en el instante en que una gota gigante, de dimensiones desproporcionadas, refrescó su cabeza disipando aquellos nubarrones grisáceos.

- Es la condensación y seguramente, que el sistema de refrigeración se ha estropeado, será eso- se repetía Klaus para autoconvencerse.

Su corazón en forma de gota dejó de latir cardíaco y cogiendo de la mano a Marlene, se sumergió en las profundidades del museo. Después de un estruendoso relámpago, un apagón fortuito, propició que los labios de ambos se posicionasen enfrentados durante un tiempo inexacto.
Cuando se hizo la luz, una boca descomunal comenzaba su discurso y éste se iniciaba como el de un cuento…

- Erase una vez… en algún lugar indeterminado… en un tiempo pasado…

CONTINUARÁ…
Copyright (C) 2009. Esther Ferrer Molinero




9/4/09

ENSUEÑOS (del poemario MUSAS HIPERACTIVAS)


El ensueño surge de una luz,
y una pompa lo transporta levemente, casi ingrávido,
hacia el origen de tus sueños.

El ensueño es un proyecto en tránsito,
sueña con la eternidad,
sueña despierto, vive soñando.

El ensueño vigila desde una nube, vive esperando.
Al ensueño le cuesta trascender, le duele soñar.
Es transparente como el aire limpio que lo envuelve,
es un ser de luz, pero vive en la sombra.
El ensueño flota y se contempla desde el otro lado de la vida.
Despierta ensueño, despierta, no soñaste en vano.
Tu sueño es realidad.

Esther Ferrer Molinero

1/4/09

ESCUCHO EL CRUJIDO (del poemario MUSAS HIPERACTIVAS)




La Flor en carne viva se resquebraja,
porque el último latido se expiró con el alba.
Sus pétalos se precipitan hacia el abismo incontestable,
su perfume, putrefacto, no es esencia pura, es pestilencia.


El rojo se tiñe de mora por el frío de la noche oscura,
despiértate de un gélido sueño sin continuidad,
pára el tiempo de la noria infinita...
quizá la rueda de la fortuna venga a visitarme, esta noche.


Esther Ferrer Molinero.