22/11/11

AEROSTÁTICA








Concentra la gravedad del abandono.




Sueña en caída libre hacia el centro de tí.




Sopla el viento que te empuja, de costado.




(Violines...)




Te desperezas y, en la mañana, deshaces la maraña.




El alba corta, con sigilo, el hilo de la preocupación.




Lienzos. Sábanas. Viaje en globo.




Estiras los pensamientos y, entonces, te dimensionas.




Incisa. Precisa.




Poco a poco, primero el brazo.




Luego, la prolongación, de tí, de mí.




Ensamble.




El sueño aplaca encadenado.




Suspiras y adviertes que el soplo te fortalece.




En la enredadera de la mente esquiva, encuentras la salida.




Disipas la gravedad.




Altiva,




sobrevuelas...








ESTHER FERRER MOLINERO

13/11/11

ALUMBRAMIENTO




Son las dos cuarenta de un día inexistente.
Quizá, nunca salga de mi bolsa, soy clarofóbica.
Siempre la fobia y la luz. Siempre.
La del antes, la del ayer, la de los inicios.
Las perversiones del tiempo, el viento
y su expediente de regulación.

Me duele, me duele tanto, que no lo siento.
¡No quiero salir, madre! ¡No quiero!
El viento me roba los versos, son míos
y no eres tú, manecilla del reloj. ¡Olvídame!
He envejecido cien años, me conservo confitada.
No he nacido, aún.
Soy salvaje, soy la del sueño, quisiera nacer.
El hada Mermelada espera el llanto.

¿Mamá, dónde estás? Ya no noto tu cálido abrazo.
Tu voz, madre, siempre me calma, tu voz es mi cordón.
¿Madre, dónde estás que no te siento?
¡Madre, te quiero! ¡Te quiero...! ¡Madreee...!
Ayer, tiritaba de frío pensando que el mundo era un infierno.
Hoy, exudo.

Mi llanto comienza.
Es un gemido silencioso,
nunca llega la respiración.
Nunca llega.
Aguardo.
Silencio.

(Pienso)

Abro los ojos, poco a poco.
Pienso en las fresas salvajes del sueño.
Sueño en mi duermevela.
Hoy, he abortado mi salida.
No, quiero morir. No hay salida.

¿Mamá, dónde estás? ¡Te añoro, madre!
¡Madreee...!
Los frutos rojos,
se han desangrado en mi boca.
Dos opciones, un camino.
Mi destino.
Nacer, morir...
El sueño, otra vez.
Soñar...








ESTHER FERRER MOLINERO

3/11/11

EL VIENTO...





Sonreíste y escuché el sonido.
Tú, me hablabas en silencio.
Distante,
creí escucharte.
Advertías con mirada indecisa,
anunciabas una ausencia profunda.

Huías de tí,
de mí,
de nada.

Deseabas el olvido del mar.
El viento,
se arremolinaba, sediento.
Sentí que había estado aguardando nada,
todo el tiempo.

ESTHER FERRER MOLINERO

DYLAN SOPLA...






Del mar, un sonido...
Sirena y caracola
envuelven el abismo.


El azul intenso
aplaca el olvido.
Paleta fría
de espuma blanqueada.
Cuna del mar yodada.


De amar...
un último resquicio.
Borrón marino,
lastre, algas y artificio.


¡Oscuro mar encrespado,
vernáculo Verne, duerme!
Poeta ultramarino
que anhela en-sueño submarino.


Lluvia de ideales
surcan látigos canales.
El viento quejumbroso,
encoleriza.
En furnas abisales,
agoniza.


Éolo traicionero, infla el alzado mayor.
Doble tela, ninguna patria por bandera.
Tormenta sanadora,
Dylan... sopla.


ESTHER FERRER MOLINERO