yacía moribunda la ilusión.
Cruzaba calma
y la urgencia,
corría el riesgo de aguardarla.
Cuando nada tenía,
todo sentía.
Y todo,
era un estado insuficiente.
era un estado insuficiente.
En la línea me bastaba el todavía,
el aún, el quizás y el ser fuerte.
Y todo,
Y todo,
sonaba a nada.
Nada,
era mi ensueño.
La poesía me rompió el corazón.
La analogía lo partió en dos
y la vida, lamió la herida.
Nada,
era mi ensueño.
La poesía me rompió el corazón.
La analogía lo partió en dos
y la vida, lamió la herida.
Todo,
era sueño
que otros corrompían.
Quizá el no pretender
afloraba.
Lucía la plena.
Filmada en off,
la mitad de la mitad,
era la luna llena.
la mitad de la mitad,
era la luna llena.
Todo,
era nada.
Una punzada,
una palabra.
Surcaba, la luna,
y era absurda,
su vanidad.
su vanidad.
En la noche oscura,
halló claridad.
Todos somos nadies,
todos somos nada.
Cuando nada tenía,
todo sentía.
Y todo,
era un estado insuficiente.
ESTHER FERRER MOLINERO
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