29/4/16

NOSTALGIA SALVAJE



Sueño contigo
cuando la nostalgia desciende abismos.
¡Cómo silenciar
al corazón salvaje desbocado!
¡Cómo saciar
el desierto de notas empapadas!
¡Cómo no recordar
un dolor que obstruye venas
y estrangula pulsiones!
Dolor salvaje
que  descansa en altares mullidos.
Melancolía a borbotones.
Corazón salvaje
cansado de llorar,
sajado de vivir.

Me extirparon el alma
para regocijo de perversos.
Sucumbí ante la soledad humana.
Hastiada.

Cómo no recordar las ilusiones,
cómo no recordar que sueño contigo
cuando la nostalgia desciende abismos.
¡Cómo silenciar
al corazón salvaje desbocado!
¡Cómo saciar
el desierto de notas empapadas!
¡Cómo no recordar
un dolor que obstruye venas
y estrangula libertades!
Dolor salvaje
que  descansa en altares mullidos.
Melancolía a borbotones.
Corazón salvaje
cansado de llorar,
sajado de vivir.

Me extirparon el alma
para regocijo de perversos.
Sucumbí ante la soledad humana.
Hastiada.

Cómo no recordar las ilusiones
Cómo no recordar su fragancia.

Esther Ferrer Molinero



22/4/16

LÁCRIMA CRISTI



Eres nebulosa
que empapa el desgarro.
Nostalgia que quisiera desligar
de tu cuerpo desnudo.
Profané los sonidos
en lo más recóndito de ti.

No deseo hábitos
ni pieles enfundadas,
tan sólo,
la sangre púrpura
que destilas.

Quisiera trabar los hilos
entretejidos por Eros,
en tu caja armónica.
Alzar el traste
al velado cielo
de los sueños infinitos.
Hacer que vibre,
eternamente,
en un solo sostenido.

Vanguardista incipiente,
clasicista funksoulista.
Sexyloquio tintado
que desprende
sensualidad inserta.
Simbolismo extravagante,
procaz y animoso poeta.
Genialidad inagotable.
Incitador sublime.

Arraigado dentro de mi.
Eres sangre de mi sangre,
dolor en las entrañas.
No quisiera detener
la fina lluvia incesante.
Antes de la lluvia...
declinar.
Después de la lluvia...
morar en púrpura.

Y quizás soñar,
próximo a Shakespeare...
en el Olimpo indebido.

*En memoria de Prince, un genio que me hubiese gustado conocer, con respeto y admiración.
ESTHER FERRER MOLINERO

19/4/16

IDOMENI



Los ojos ennegrecidos
en la profundidad de los sueños.
Gritan las bocas mudas
sonidos imperceptibles...
Idomeni.
Miles de pespuntes
enlaces de pestañas entramadas
se nublan,
buscan el futuro.
Incierto fundido en negro,
cansancio extirpado.

Sesgos interrumpidos.
Exiliados de algún Estado
se enfrentan al destino aciago.
El anciano no olvida el odio
que araña su alma.
Todo el rencor
brota en lágrimas.
Ojos hambrientos
de leche y pan.
Cuarteadas mejillas
se hunden, sinuosas,
por los surcos de la tierra.
El abrigo de la miseria,
es surtidor inagotable.
Tristeza y labios rotos
se pierden en Idomeni
como las vidas, a la deriva.

Cuerpos extraños,
fieras dañinas los destrozan
urgando por dentro.
Gases en los muros,
barricadas del dolor.
Parálisis en las entrañas.
Vaciado asesino.

El anciano no los recuerda.
Le resultan repulsivos,
quiere regresar a casa,
llorar con los suyos.
Ha sufrido la injusticia
y no puede aplacar
el daño de la pérdida.
Represoras fuerzas los expulsan,
aquellas que no los acogerán.

Vaciado asesino.
Idomeni...

Se abre la tiniebla
en un día más.
Llega la ayuda necesaria.
Tu caricia
lo salva del abismo...
y una mano, voluntaria.

Idomeni...



ESTHER FERRER MOLINERO

8/4/16

UNGÜENTOS



La dificultad genera nostalgia
como ungüento que calma
la incisión profunda.
La espina extirpada,
de la herida fresca,
supura tristeza.
Augura soledad
e incienso adormecido.
Escuché un mantra sanador,
se repetía una y otra vez.
Ya no quedan lágrimas
ni gritos aplacados
en silencios doloridos
de las almas rotas.
Ya no queda nada.

Abrir camino,
continuar,
iniciar el viaje.




Esther Ferrer