25/2/16

MUSA



Morar na densidade
aterecida de xeo.
Vixía do lento manifesto
das esquerdas.
Compañeira,
na tormenta de agullas enfiladas.
Viaxeira,
nos picos da placenta estalactita
no (a)zucre escarmentado.
Ficar,
na tona esbrancuxada,
nos cumios das burbullas,
no nacemento.

Mirar aos ollos tristes
debuxar soños
na musse da terra virxen.
Vagar nos ocos espumosos
dos rebumbios e silenzos.
Zoar coa mar bravía
nas palas da falúa
que vai pola corrente.
Encallar nos sentimentos,
coa inxenuidade dun lactante.

Nadar, lacrimosa.
Emerxer na marea
cun canto aletargado.

Esther Ferrer Molinero

19/2/16

PODEMOS



Podemos alargar nuestra vida
y estrellarnos.
Ser infinitamente felices
y anhelantes.
Encallar en notas chillonas,
rimar sin puestos.
Podemos ser difíciles,
lo somos.
Podemos llorar en pozos secos,
lágrimas rotas.
Soñar un futuro existente.
Pero no podremos
arrebatar jamás,
la melodía
de habernos encontrado
y congeniar...


Esther Ferrer Molinero

IALMA



Rocei
espida da túa intensidade
o brillo infinito da luz.
Se tivera que rasgar no meu peito
ós panos viuvos
e os sudarios de escarcha,
morrerían as cinzas
nas criptas de mármore branca.

Na fonte gardo un remanso
das ánforas do manantial
e na miña boca, húmida,
a dor das noites
e a nostalxia crúa da pel.

Esther Ferrer Molinero

18/2/16

A MI HERMANA



Cuando eras pequeñita te cuidaba,
eras un apéndice de mi
en las manos protectoras
del cariño.
¡Parecías diminuta, mi chiquitina,
pero eres la inmensidad!

Enorme en la comprensión del ser.
No conozco humano más generoso
ni más honesto.
No conozco ser más bueno.
¡Parecías diminuta, mi chiquitina,
pero eres la inmensidad!

Esther Ferrer Molinero

AL PLATONISMO



Y te admiraba irremediablemente
en la suicida laguna
del desconsuelo.
Y soportaba
con estóica tolerancia
los desdenes del camino.
La dignidad emerge,
si el orgullo se encuentra herido.
Pero tú
no comprendes los motivos
anegado en tu egoísmo.

Esther Ferrer Molinero

16/2/16

EMBELESO



Sólo el amor
atrapa la luz
y confina la inocencia
en tu regazo
como ungüento valioso.
Sólo la verdad
puede conjugar
aquellas trastiendas
de embeleso.
La renuncia
a lo anidado en el alma,
el dolor enquistado
de la pérdida,
la mirada furtiva
del abismo.
La necesidad de tu gesto
y la carencia.

¿Quién puede
aplacar tanto dolor?

Esther Ferrer Molinero

15/2/16

38 GRADOS



En días nublados de hielo,
pienso en recuerdos gratos
y en las pasiones.
Sudo la virulencia.
Medito acerca de la vida,
de las almohadas con espinas.
De las enredaderas de afectos.
Reflexiono sobre lo inconsistente
y mundano
de las cucharadas del jarabe.
Del brebaje de miel
con ausencia de moscas.
Acepto el cambio
de temperatura.
Derrumbo las cabezas
al mutilar héroes
en cajitas de fósforos.
Me pongo los cascos.
¿Por qué mitificar
una vaga experiencia
o un pijama?
Pienso en mis congéneres
y siento que los quiero mucho.
Comprendo la suerte afortunada.
Los quiero, los quiero tanto...


Esther Ferrer Molinero

TRISTE SIN AMOR



Así me siento 
anegada de agónica tristeza.
No sé si rebosa 
la congestión del invierno
o en el pecho duele 
una herida blanda.
La fractura de la soledad...


Esther Ferrer Molinero

14/2/16

AÑORAR



Vivo,
no espello da lúa ferida de morte
no reflexo convexo,
no niño branco da noite fría.
Choro coas musas doentes
e non vou ás danzas tibias.

Levo na boca a inmensa verdade
aguanto ás calumnias
e boto flores adiviñas
ao siniestro asolado de bágoas.
Non quero atopar a famélica sorte
de añorar...

Esther Ferrer Molinero

ALEGRÍAS



Quisiera
escuchar voces satinadas
de juegos sinuosos y envolventes.
Deslizar
notas sostenidas
por la alfombra de la lengua roja.
Envolver
con boquillas sonrientes
la nariz.
Descolgar
luciérnagas nerviosas
en violines de ángulos curvados.
Cantar
a todas horas
y en todos los idiomas.
Bailar
en recorridos alternos
y danzas azarosas.
Propongo
escribir letras puntiagudas.


Esther Ferrer Molinero

13/2/16

HALAGOS



Si quisiera halagarte,
te soñaría a diario.
Tan recurrente,
tan amargo como el dolor infinito.
Tan insaciable como la duda.
Tan nítido y perverso.

Si quisiera halagarte,
el olvido sería insignificante,
vano y diminuto.
Los tejados, violines descalzos
de susurros sigilosos.
Los altillos poblados de hojarasca.
Las noches de infierno sucumbirían
en incendios candentes.
Pero tú no escuchas halagos.

Si quisiera pensarte,
las copas cimbreantes
entonarían mensajes
en cajitas musicales exiguas.
Si quisiera amarte,
las maletas voladoras
de idas y venidas,
serían recuerdos del portal
y la antesala.
Y el aroma de alcanfor
un recuerdo adormecido
que airea la cornisa.

Si quisiera halagarte,
te escribiría versos.

Esther Ferrer Molinero

11/2/16

PESTANEXOS



Atrapei nos ollos cegos
o suspenso pestanexo
dun voo equidistante.
Deixei a lentitude, a carencia,
a sonrisa cravada no xeo,
a desolación,
a frialdade.
Respirei o futuro
no hálito do tenro.
A laxitude.
Na xanela, a fráxil emoción.
No descanso,
ocos tristes.
No sentir, beizos derrubados
que amosan á vida núa.


Esther Ferrer Molinero

10/2/16

EMBRIAGADA DE IMAGINACIÓN


El ambiente perturbaba la quietud,
las certezas se tambalearon crujientes
entre finos cristales atrapados.
Surcaban los cielos
arañas suspendidas sin respuestas.
El viento inspiró tranquilidad,
sopló desconfianzas
y boquillas.
Viajó hacia lagunas olvidadas.
Las gotas de lealtad
se revolvían solas
en el pensamiento del café
y las mañanas.
Se infectó de pasión.
Embriagada de aromas y nostalgias
respiraba alcoholes (de amor)
para adormecerse.
No quería regresar sin haber extirpado
su dolor.

Esther Ferrer Molinero

6/2/16

MOIRAS



Tecín na angora
unha sorte profunda
e no agoiro
a lisura da pel
nas liñas do sino...



Esther Ferrer Molinero

IMAXES



Imaxinei un antroido infernal
saíndo pola xanela da rede,
sumerxida nun líquido viscoso
de letras dançonas.
Imaxinei afundimentos do melos
para non voltar endexamais.
Podería flotar nas ondas
do espazo virtual
e quedar alí, inerte.
Mais desexo navegar
ata o amencer
e fluír contracorrente...




Esther Ferrer Molinero

5/2/16

A SABINA

A Sabina,
haciendo gala
de un flaco galán
de corte andaluz
y aire jovial.

A Sabina,
rescatado en el arrollo
del metro soledad
y estación melancolía.
A Sabina,
sin distrito, rumbo,
ni Cortázar.
A Sabina,
que afinó versos
en los bordes
de un pijama con sordina
y en las ganas de vivir
sin bostezar.
A Sabina, en su defensa,
ni falta le hace la ofensa.
A Sabina,
que encontró muerte segura
y halló vida al decidir.
A Sabina, le diré:
que lo adoro
y que nunca leí, ni leeré,
su letra pequeña.
La canija deslenguada,
la del tiro de culata
nube blanca almidonada,
café
y gatillo engatillado
de siquiatra clandestino.

A Sabina:
El talento que heredaste
no son garabatos de un rato,
ni textos desatinos.
Son acordes cotidianos
elegantes,
de gato mirón,
trasnochado y estresante
que aún nos puede
sorprender.

Esther Ferrer Molinero