15/2/11

NO HAY BURDELES EN LAS ESTANCIAS DEL AMOR

A SABINA
Amor de contrabando en el estanco corazón,
no hay burdeles, en las estancias del amor.
Pirata racheado, Peter Pan ilusionado,
ciego palo sabinero, amigo bucanero.
Rola un tango que raja el silbido del mar.
Armónica fugaz de soplos y besos de sal.
Amor de contrabando en el estanco corazón,
no hay burdeles, en las estancias del amor.
Mareas invertidas en la playa de la vida,
el dolor fondea en tabernas de ultramar.
En un puerto fantasma querrías encallar.
Oleaje sin deriva, tatuaje en carne viva.
Amor de contrabando en el estanco corazón,
no hay burdeles, en las estancias del amor.
Pez durmiente de ojo de buey cinemascope
que encanta en cantinas de sanguinas sirenas
y envilece el tesoro del corsario sin reglas.
Viajero precintado, abanderado velero.


A Sabina que siembra tempestades y recoge aficiones.
Esther Ferrer Molinero

18/12/10

ELLA Y ÉL


Muero, cada noche,
sin querer morir, muero,
muero, y amar, me mata.

Tu voz rasgada me acaricia por dentro,
y enmudecen de dolor las cuerdas afinadas.
Tras el silencio, revolotean escuadrones.
Siento el palpito de tu sonido certero.

Muero, cada noche,
sin querer morir, muero,
muero, y amar, me mata.

Suena un murmullo hipnótico que no cesa,
tu aliento mentolado, dulce, me embelesa.
Me bebo las ganas y respiro tu ausencia.
Fumo la espera fría del humo blindado.

Muero, cada noche,
sin querer morir, muero,
muero, y amar, me mata.

Al despertar, la ola quebrada es gélida.
Mi cara humedece de gotas suspendidas.
Soñar con el susurro del viento, tu sonido.
Morir para vivir es vivir en la consecución.
Esther Ferrer Molinero

23/11/10

RETRATO DE UNA ANARQUISTA



Pensando en mi prisma enfrascada,
tras la laguna de tinta encharcada,
bajo un tronco de humo blindado,
huelo, tu aliento fuego.

Él, me ha embaucado.
El gigante voraz del capitalismo atroz,
triste y desarmado,
ciego reloj,
él, me ha embucado.

Aguardando en un atril, huí,
la melodía del mar sutil, hiriente,
nado, espuma a contracorriente,
nuda nado, al disentir.

Él, me ha embaucado.
El gigante voraz del capitalismo atroz,
triste y desarmado,
ciego reloj,
él, me ha embaucado.

Inhalando siluetas de perfil, esbozos.
Destrozo espejo añil, trozos, pensamientos
rojos. ¿Debate o encrucijada?
Librepensadora en la mirada.

Él, me ha embaucado.
El gigante voraz del capitalismo atroz,
triste y desarmado,
fiero feroz,
él, me ha embaucado.


Esther Ferrer Molinero

10/11/10

COMIDA FRUGAL


Partí mi verso sangrante,
para saciarme nutrida.
Desgarré mi carne tajante,
sin ofuscarme de vida.

Amnesia fría, sopa helada,
batido hielo, dulce nada.

Mis palabras son sustento,
que digieren su alimento.
Frugal comida, sustancia viva,
sin darle el pan, le daba miga.

Amnesia fría, sopa helada,
batido hielo, dulce nada.

Añoras alcanzar el cielo
y rozas ciego precipicio.
Borde incierto, abismo.
Certero ojo, estrabismo.

Amnesia fría, sopa helada,
batido hielo, dulce nada.

Inestable sin su cercanía,
sucumbes de inanición.
Refrito rito, asado vivo,
amado, carne de cañón.

Amnesia fría, sopa helada,
batido hielo, dulce nada.

Esther Ferrer Molinero

8/11/10

LA SUERTE DEL SUEÑO


¿Quién eres sueño? ¡Responde!
Soy el sueño malvado de la vida,
la pericia en cenizas movedizas,
el hedor pútrido y la inmundicia.

Si pudiese contener mis días y mis noches,
en un frasco de cristal, grietas y reproches
atrapados, fragmentarían tu lasitud inicial.

¿Quién eres sueño? ¡Responde!
Soy el sueño malvado de la vida,
la pericia en cenizas movedizas,
el hedor pútrido y la inmundicia.

Si pudiese comprender esas farsas licuadas,
como el agua del ayer, si libase de la fuente
confiscada, cuajaría el rocío de tu escarcha.

¿Quién eres sueño? ¡Responde!
Soy el sueño malvado de la vida,
la pericia en cenizas movedizas,
el hedor pútrido y la inmundicia.

Si pudiese soñar en el olvido del insomne,
concebiría el recuerdo, cierto o paranoide.
Si pudiese sortear el camino del derroche,
hundiría la semilla del diablo sin estoque.

¿Quién eres sueño? ¡Responde!
Soy el sueño soñado de la vida,
La pericia en cenizas movedizas,
El hedor pútrido y la inmundicia.

¿Quién eres sueño? ¡Responde!
Soy tu muerte y te vengo a buscar.


Esther Ferrer Molinero

5/11/10

TREPADORA


En el laberinto de la mente,
florece una enredadera,
crece sin medida.

No alcemos tapias oscuras,
ni la aislemos en conjuras.
No la zanjemos en abismos,
ni la ocultemos en cinismos.
Destruyamos cercos y murallas,
derrumbemos muros y batallas.

En el laberinto de la mente,
florece una enredadera,
crece sin medida.

Invisible eres gritando a tientas
sin difusión de miradas ciertas.
La crisis desgarra espejismos,
las uvas de la ira, sus racimos.
No departas a ambos lados,
no luches, con Pegasos vanos.

En el laberinto de la mente,
florece una enredadera,
luce sin medida.

No alcemos tapias oscuras,
ni la aislemos en conjuras.
No la zanjemos en abismos,
ni la ocultemos en cinismos.
Destruyamos cercos y murallas,
derrumbemos muros y batallas.

En el laberinto de la mente,
florece una enredadera,
luce sin medida.

Esther Ferrer Molinero

23/10/10

EL BESO


Sueño con tu beso.
¿Quiero despertar?
Quiero sueño. Besar.

Te deseo ¿No lo sabías?
Eres tú, alma y vía.
Si me besas aspiro el beso.
¿No me amas? Te beso.
¿Una luz en una estancia?
Un beso, tu beso, mi danza.

Sueño con tu beso.
¿Quiero despertar?
Quiero sueño. Besar.

Te espero ¿No lo sabías?
Eres tú, noche y día.
Si quieres, inspiro el tiempo.
¿Amas a otra? Te beso.
Anhelo tocarte por dentro.
Un beso, tu beso, mi cielo.

Sueño con tu beso
¿Quiero despertar?
Quiero sueño. Besar.

Te quiero ¿no lo sabías?
Eres tú, cruce de vías.
¿No lo sabes, todavía?
¿Vienes amor? Te beso.
Derrocha mi boca besarte
Un beso, tu beso, amarte.

Sueño con tu beso
¿Quiero despertar?
Quiero sueño. Besar.


Esther Ferrer Molinero


26/9/10

LLORA LA LLUVIA


Erato llora en el manantial prohibido.
Dime, insensata ¿qué ha sucedido?
¡Lluvia interior brota, fluida brota!
Agua que brota de la tierra rota.
En llantos, derramas gotas granas,
anhelas caricias e imantas artificios.
Cielo infinito en la perdida razón,
luz y abismo, fulminan intención.

¡Niña fugaz, suspendida en tu estrella!
¿Por qué no mueres y dejas huella?
Tu búsqueda voraz devora ideales,
tus sollozos, se lamentan irreales.
En un tiempo escuchados y, ahora,
acallados y viles. ¿Cuáles, dime?
Nadie aguarda, nadie es tu sino.
Nadie siente nada, nada, destino.

¿Alguien corre a tu encuentro, nadie?
El tiempo es aire y no espera a nadie.
Los brazos que nunca sentiste,
te duelen en las entrañas ¿viste?
Alguien, ¿te marchas? Nadie responde.
La niña soporta su miedo ¿Y nadie?
Nadie miente, ¿Quién es nadie? El norte.
Alguien es tu creación, nadie tu suerte.

Tus invenciones antaño amañadas,
te destruyen, cual bomba macabra.
Tus gritos, se pierden en telarañas,
como los cadáveres yertos, muertos.
Descuartizados, en guerras odiosas,
crujen desde la fosa, ¡oh, mi diosa!
¡Siempre son enterrados, los amados!
¡Nunca fueron juzgados, agraviados!

Cruzas la mirada, encharcada en ella.
Añoro la fuerza, embauqué a la verdad.
Agua arrojo, trago azul, azul de ultramar.
Respiración cortada, abismo y necesidad.
¡Despierta, niña, o nunca te curarás!
Lo dice Erato desde la roca quebrada.
El viento estertor ruge. Corazón tibio,
piedra dormida, un día despertarás...

Esther Ferrer Molinero

27/8/10

CONVERSACIONES CON LA NEGRA


Estoy muerta. En el abismo atrapada.
Siento frío, frío intenso, roca quebrada.
Cuarteada en el silencio de mi boca,
tu estridencia aplacada en una nota.
En el laberinto perdido de la mente rota,
el pensamiento clavado me aprisiona.

¡Manantial de corrientes pulsiones,
ideas anudadas en sesos punzantes!
Rasgué las túnicas del contratiempo
y sobre mi costado, reposa una mano.
Mi puño sangriento, ensalzado, mudo,
no haya verdades, tiñe duelo del dolor.

Corrompí criptas, jugué con el cráneo,
visité mazmorras que cantan libertad.
Lloré en el espacio de la caja negra,
Incumplí las normas de la lealtad.
Quise morir en este estado y así fue,
me retiré del estrado antes de llegar.

Hoy, desde la tumba he pensado:
Devoras voraz, tu melodía fugaz.

ESTHER FERRER MOLINERO

21/8/10


Tú, me dueles tú,
cuando respiro, me hieres tú.
Te inhalo profundamente,
te dejo expirar.
Tú, me dueles tú,
cuando me asfixio, me ahogas tú.
Te llamo insistentemente,
te dejo extinguir.
Tú, siempre tú, sólo tú, tú, me dañas.
Sólo tú, siempre tú, tú y tu arrogancia.

Como el aroma atrapado, permaneces.
Como la salvia líquida, te desvaneces.
Si me deshago de tí, te regeneras.
Un trago seco, empapa calaveras.

Si sueño contigo, el hueco te esconde.
Dulzor amargo, nunca responde.
Si te pienso, evoco tu silueta.
Tú difuminas, tú, trazo y pirueta.

Tú, me dueles tú,
cuando respiro, me hieres tú.
Te inhalo profundamente,
te dejo expirar.
Tú, me dueles tú,
cuando me asfixio, me ahogas tú.
Te llamo insistentemente,
Te dejo extinguir.
Tú, siempre tú, sólo tú, tú, me dañas.
Sólo tú, siempre tú, tú y tu arrogancia.


ESTHER FERRER MOLINERO

19/8/10

LA BLANCA Y LA NEGRA




Nunca regresé al recuerdo de la herida profunda,
nadie reparó en el silencio, mi huida, mi tumba.
Rasgué tiernos lienzos, fascículos duplicados.
¡Fragmentada, frágil calavera, de los implicados!
La oscura avanza, cruza maldita, veloz y ligera.
Aplacada al alba, murallas contiendas, alcanza.

Un dolor inmenso, una puñalada abierta,
una estatua de sal, clava pupilas, asesta.
un clamor intenso, una jugada funesta,
elogio y ego inflamado, el bufón acierta.

¡La blanca suspira, los alguaciles la llevan presa!
Amordazada sin pronunciarse, rota, acuchillada
en la traición de la inmundicia, nunca confesará.
La pública sabe verdad que a la derrota oculta,
su sombra es frío metal y cuando calla, lucha.
Destrozada para siempre nadie la advertirá.

Un dolor inmenso, una puñalada abierta,
una estatua de sal, clava pupilas, asesta.
un clamor intenso, una jugada funesta,
elogio y ego inflamado, el bufón acierta.




Esther Ferrer Molinero

8/8/10

ESENCIA DE AMOR


El amor abraza cimbreante, pretende respirarte.
Inhalas sus vahos aromáticos, impregnada,
te estrecha con sus lazos deshilados.
Pretende fundirse con tu piel,
sedosa y escurrida,
volátil.

Gas,
Gota decantada,
encadenada,
hacia la nada.
Ras,
Suelo de orificios,
embriagada,
de artificios.

Viento,
aleteo,
suspiro,
vuelo.




Esther Ferrer Molinero

18/7/10

OH FORTUNA!!


En el intervalo del tiempo la musa aguarda, hila.
Oscura angustia, gotea suave, huye. La fusa fluye.
Dormita en el hueco agujero del sueño, admira.
¡No me abandones perversa! Mi corazón gime.


Suspiro, libo, trago.
Espeso, amargo.
Corazón.
Callo.

Recuerdo de lo eterno lo inmediato, lo quieto.
Las uvas de la ira escancian lágrimas moradas.
Ambrosía de dioses exudada en el dolor viejo.
Licor añejo destapado, ahogado y liberado.


Suspiro, libo, trago.
Espeso, amargo.
Corazón.
Callo.

Mi cuerpo es filtro de sangre, riadas.
Sangrías, frutos prohibidos y Kavafis…
¡Oh fortuna, infiel amiga! ¿Regresarás?
Erato lira, Eros vuela en El Banquete.


Suspiro, libo, trago.
Espeso, amargo.
Corazón.
Callo.


ESTHER FERRER MOLINERO

2/7/10

FRUTOS DE SANGRE




Llueve sobre la herida, lluvia que no resbala.
Burbujas suspendidas, efervescencia liviana.
Arañas mis entrañas si rajas tu lienzo prieto.
Desgarros, jirones, y fluidos a borbotones.

El ojo maligno devora moras moradas.
Oro negro, tierra mojada, eras violadas.
Lloran frutos de sangre, sus ojos bruños.
Nichos de muerte crujen, vacíos, mudos.

Tu aliento es fundido cielo impregnado,
éter edulcorado, eternamente inhalado.
Estrangulas sin abrazos y desatas lazos.
Cronos, a contratiempo, cose pedazos.

El ojo maligno devora moras moradas.
Oro negro, tierra mojada, eras violadas.
Lloran frutos de sangre, sus ojos bruños.
Nichos de muerte crujen, vacíos, mudos.



ESTHER FERRER MOLINERO

19/6/10

ARQUERO DE LUNA BLANCA




Una sonrisa dialogante es una caricia penetrante. ¿Ahora? ¡Serás!
El tiempo se ha suspendido en aliento compartido. ¿Viento? Quizás.
¿Un anhelo apasionado tras la bruma de un cielo arañado? ¡Asustas!
Lo susurra Éolo, lo interpretan ruiseñores y lo siente el cielo Platero.


Tin tin, luces de bohemia,
tin tin, luces en el mar,
tin tin, candilejas,
tin tin… luz de gas.


San Juan, lunas nufragan en la fogata del mar, espiando sus errores.
¡Luna niña, ya no llores! El arco lucero envaina, sin peones, agravia.
La muerte liviana esconde su tez blanca. Da la espalda al barquero.
¡Despliegas alas e ilusiones, derrochas! El arquero ya canta, alcanza.


Tin tin, luces de bohemia,
tin tin, luces en el mar,
tin tin, candilejas,
tin tin… luz de gas.




ESTHER FERRER MOLINERO

8/6/10

BESO DE MUERTE...


Beso al cuervo maligno, desgarro su boca templada.
¿Suerte funesta, me aguardas en tu alcoba pétrea?
El dulce frío penetra mi alma, escalofríos ardientes.
Arrancas carbones, desahuciada, sedada, sin llamas.

Ausencia, fatua fingida, soledad embriaga, la blanca.
Arrebatos siente, nadie la admira, la negra imprime.
¡Ama la blanca, abrasión! ¡Grita la negra, aversión!
¡Te empuño blandida en recovecos, espada nuda!

Alba promiscua, rayo centella; deseo rozarte, leve.
Abismo profano, fundir sus manos de cera, quiere.
La negra es la llaga, la nívea callada. Silencio. Ansío.
Aspiro turbada de alcoholes febriles. Exhalo. Expiro.


ESTHER FERRER MOLINERO

30/5/10

IMAGINARIUM KLAUS Nº 8: COSAS DE ULTRAMAR (novela por entregas)


Klaus se miró en el espejo del escaparate, ese en el que nunca se reflejaba y comprobó cómo su silueta comenzaba a perfilarse, cada vez más. Lejos de perder sustancia ganaba consistencia y se aposentaba en su historia de manera holográfica. Una mano a vuelapluma estampaba los trazos nítidos de un relieve abultado. La relatora, con un tejemaneje tramoyista y punzante, danzaba a contratiempo para abrazar a la volátil trama. A Klaus siempre le había desmontado la coqueta duda, quizá, porque podía ver todas las caras de un poliedro descompuesto.


- Debería comprar fruta con intención de consumirla, las manzanas ya no caen de los árboles… y ahora, forman un bodegón marchito en mi frutero- pensaba Klaus desmadejando alguna idea pretenciosa en el ultramarinos del barrio.
- ¡Alejandro, podríamos hacer una cena improvisada! Es tan sencillo como esto: citamos a Marlene y dejamos, por descuido, una carta dirigida a mi hermano Max sobre el arcón… ummmmmmmmmmm… a ver qué sucede… ¿te parece?
- ¡¿Estás loco?!... no dejas de sorprenderme, amigo. ¿Crees que la chica es de esa clase de personas que husmean en la correspondencia ajena?... hombre, eso sería propio de alguien mucho más rebuscado, casi tanto como tú… - le espetó el lenguaraz Alex.
- ¡Estos gambones están de oferta… a la cesta! ¡Voilé! Siendo sincero, debo decir que me cae bien la niña pero no me fío ya ni de la sombra que recientemente me ha abandonado… ¿recuerdas que soy un presunto asesino?... no estoy para andarme con miramientos y aunque sea un encanto, un dulce pajarillo cantor, no me amilanaré en mis pesquisas… ¿o qué te crees Alejandrito?- mirándolo tan fijamente como podía.
-Tú verás, pero te estás mezclando con la testigo principal y eso está contraindicado… ¿un vino blanco con las gambas, no?... aquel albariño de mis amigos de Cambados está bastante bueno, ideal para la ocasión-
- No te preocupes por los detalles, eso sí, deberías avisar a Carlos, quiero que nos acompañe… siempre me invita a las reuniones clandestinas, esas de la política de bloques… y, la verdad, es que son históricas sus conclusiones sin mencionar sus chascarrillos no menos afortunados…

Cuando entraban en la sección de congelados, Klaus tropezó con el carrito de una mujer de aspecto frágil y sintió que le era muy familiar. Un telón nubló su vista aireada y tras un breve suspiro de viento, comprendió que se había topado con la verdad por segunda vez y justo, en el preciso instante en que él la reconoció, se diluyó sin mediar palabra. ¿El alemán debería interpretar algo ante aquella visita inesperada? Algo se recalentaba en su cabeza...


Se pelearon para pagar y salieron apresuradamente del ultramarinos que iba a cerrar. De regreso a casa, la centrifugadora de Klaus no dejaba de repasar con su movimiento de vaivén el entramado de una tela tejida con muchos hilos sueltos...

CONTINUARÁ…


(C) Esther Ferrer Molinero

22/5/10

IMAGINARIUM KLAUS Nº 7: EL REGRESO (Novela por entregas)


Aquella mañana de sábado alguien jugaba con un martillo en un sueño inventado. Klaus Whinkel se había levantado muy cansado, aunque con una determinación en su destartalada cabeza. La noche anterior recordaba, muy vagamente, haberse bebido el agua incendiaria de los floreros del antro de perdición que frecuentaba… apenas unos flashes parpadeaban ante sus ojos trasnochados y en ellos, la visión borrosa de las camareras intentando esquivarlo y la imagen más definida de la chica del “sí pero no” que le había sonreído sin mediar palabra, una vez más. La niña fusa era un interrogante enfatizado. Klaus, que aspiraba a ser poeta nihilista, inventaba historias sin final y se esfumaba, justo después de aspirar el humo viciado que circundaba su existencia. Fumaba cigarros interminables.

La noche transcurrió como cualquier otra… nadie le había sorprendido o casi nadie. Klaus, originario de Aquisgrán y con una flema germánica intempestiva, optó por no desafiar a su destino.
La mañana se presentaba nublada y no precisamente por el tiempo atmosférico, nada complicado, sino por la nube de cenizas volcánicas que abrasaban su lucidez mental. Entre nubes y claros, Klaus comprobó cómo su resaca se disipaba. El alemán sufría de un carácter ciclónico irreversible.

A pesar de su estado líquido, Klaus prefirió girar sobre sí mismo arremolinándose para trazar un ardid arabesco. Siempre había querido descubrir algún misterio y ahora, se le presentaba la ocasión. Había decidido investigar el secreto familiar y, sobre todo, indagar acerca del origen de aquellas cartas descoloridas que habían aparecido misteriosamente en el trastero de su casa santiaguesa. Las cartas mencionaban algo de una herencia y la repartición no se había llevado a término ante la reciente tragedia de su hermano Max…


CONTINUARÁ...


(C) Esther Ferrer Molinero

16/5/10

VUELO VOLUBLE, VOLATIL SUEÑO


Tu cordón umbilical se conecta con el viento... ¿hacia dónde sopla?
Fundes cielo estrellado en presencia de hielo... apagón silencioso.
Flujos sanguinos, son hilos recortados. Pende una marioneta viva.

La sangre hierve, a borbotones... grumos consistentes desleídos.
Arritmia sensible al contrapunto... aliento que no roza. Frío. Hiel.
La boca enorme desprecia. Sin savia, sin grana, sin risa, sin gana.

Vuelo voluble, volátil vuelo.
Vuelo, voluble, volátil, sueño...



Esther Ferrer Molinero.

9/5/10

MARIPOSA AZUL...


Mariposa frágil, azul, como tu sueño.
Aérea, transparente, libre, sin dueño.
¡Campanilla, no te precipites, vuela!

Abanicos sus alas, no te puedo tocar.
Tú, perdida la mirada, loco avatar.
¡Campanilla, no te precipites, vuela!

Brisa si suena el organillo, sopla Eolo.
Canto aniñado llanto, vistoso azahar.
¡Campanilla, no te precipites, vuela!

Pinza su música triste con púa de oro,
hilos trenzados persisten, sufro, lloro.
¡Campanilla, no te precipites, vuela!

Rima tu risa en pentagramas torcidos,
Lava su faz sangrienta, polilla muerta.
¡Campanilla, no te precipites, vuela!



Esther Ferrer Molinero

6/5/10

A FLOTE ENTRE LA MUERTE ESQUIVA...




Los niños gritan en sus cunas pétreas,
la guadaña feroz acalla sus voces.
¡No llores, niño tibio! Canta la muerte irreverente.
Huelen a huérfanos prematuros. Hedor nauseabundo...

Los infantes no regresan de las guerras,
en sus tripas inflamadas crecen las sequías…
Campos de batalla perecen yermos.
Ríos desolados, dulces lágrimas y una nana esquiva.

La vida se ahoga en sangre congelada, se extingue.
¿Estigia, adónde te diriges? Cadáveres emergen de las aguas.
Uno y otro, otro y uno… cuerpos encharcados.
¡A flote en el mar, muero! Duermo… y sueño...

La mano gélida empuja hacia el abismo. ¡No me sueltes!
Cruzan ligeras las aves, rompen sus alas contra el viento.
El cuervo maligno observa fijamente. Me espera.
¡Condenados en el intervalo del tiempo!

La vida se ahoga en sangre congelada, se extingue.
¿Estigia, adónde te diriges? Cadáveres emergen de las aguas.
Uno y otro, otro y uno… cuerpos encharcados.
¡A flote en el mar, muero! Duermo… y sueño...






Esther Ferrer Molinero

19/4/10

PERVERSA, LIBRA Y LIBRE


Quisieras inflamar partícula irascible,
suspendido el soplo, alentado fuego.
¡Quiero rolar, soy sensible susceptible,
consumo oxigenado, me falla el vuelo!

Libres las estrellas, chispas abrasadas,
llueven las centellas, tristes aniñadas.
Pegaso azul surca cielos intangibles,
miedos apurados en sogas invisibles.

Fatuas las miradas si no son abiertas,
mustios ojos, labios mudos y cerrojos.
¡Rejas celosías, lacras y sellos calados!
La coraza, si es blindaje, cierra puertas.

¿Puedes ser perversa? ¡Él inaccesible!
Libres fundamentos, libres sus acciones,
libres las palabras, sin complicaciones.
¿Puedes ser aviesa? ¡Perversa y libre!

ESTHER FERRER MOLINERO

8/4/10

TIRALÍNEAS, SANGRE Y TINTERO


Llora la niña, saetas del arco lucero.
¿Hacia dónde asestas, niña triste?
¡Liras transfiguran rimas! ¡Muero!
¡El rayo cauteriza tu herida, resiste!

Porque nadie percibe, eres silueta.
Asiendo tiralíneas, trazas pirueta.
Porque el color sepia relegó de ti,
aciago negro aguarda, huye de ahí.
Porque el ángel caído era quimera,
cantando enmudeció tu primavera.

Ahogo ecos que emergen de un pozo,
lejano abismo, insaciable sed, esbozo.
¡Caballo blanco, Unicornio desbocado!
¿Lienzos tachados no atajan tu llanto?

Porque nadie percibe, eres silueta.
Asiendo tiralíneas, trazas pirueta.
Porque el color sepia relegó de ti,
aciago negro aguarda, huye de ahí.
Porque el ángel caído era quimera,
cantando enmudeció tu primavera.

Esther Ferrer Molinero

10/3/10

DESHILACHADA DUDA...




Me entristezco si tu alma llora.
¡Desatada ilusión se demora!
Intuyo, la ausencia del gotero,
el líquido argumento, espero.
¡Decantas esencias y desgana!
Percibo tu dolor ¡me desgarra!

Ansío…
La brecha de tu hueco, tu nada.
Presiento…
Duda cruda, dura duda, insana.
Consiento…
Si te enredas en mi pelo-velo.
Confieso…
Aliento estrangulado, lianas
en la nuca, sajazos en la llama.

Vislumbro tus tinieblas, tu duda.
¡Espera dilatada, vía frustrada!
Se desliga deshilachando lazos,
y anuda ataduras sin abrazos.
El aguacero frío me desangra.
¡Inclemencias del suero tintero!

Ansío…
La brecha de tu hueco, tu nada.
Presiento…
Duda cruda, dura duda, insana.
Consiento…
Si te enredas en mi pelo-velo.
Confieso…
Aliento estrangulado, lianas
en la nuca, sajazos en la llama.




Esther Ferrer Molinero

5/3/10

EL OJO DEL ÁNGEL CAÍDO (EN EL INFIERNO)


Ojos negros que semejan fieros
¿Son hechiceros, esos ojos negros?
Ojos oscuros de fosas profundas,
hendidas y mudas, lagunas de sal.

¡Oh óculo sabio, ojo ladino!
¡Traicionero ojo en el espejo!

Transitaba en un sueño y desperté en el horror.
Proyectaba afanes falsos, concebidos a tientas.
Fantasías yacían... ¡cadáveres de filios muertos!

El ojo certero partía, quimera, lanzadera fugaz.

¡Diluida cansada, celosías rasgadas, luces tristes!
Entrelazados ciclos en hilos caracoles de abanicos.
Sangrías razones, corazones fríos... ojos líquidos.

Ojos amarillos, opacos sin brillos,
¿Ojos macilentos, tenues y ciertos?
Juicios irisados, opalinas miradas,
pupilas agudas, sutiles, clavadas.

¡Oh óculo sabio, ojo ladino!
¡Traicionero ojo en el espejo!
Esther Ferrer Molinero

15/2/10

POETISA EN EL INFIERNO


Grita en silencio envuelta en riadas picas,
Empapada y desangrada, consume espinas.
¡Fuente marchita, en tiempos refrescante!
¡Oh soñadora niña! ¿A dónde guía Caronte?

Confundida por el canto de sirenas, caes
en el abismo sombrío, contémplalo frío.
Este infierno cuarteado cruje, distante.
¡Virgilio, atraviesa el fuego llameante!

En el averno, el río coagulado se congela.
¡Rapsoda antiguo, tú nunca comprendes,
el espíritu en tránsito ya no debe sufrir!
Halla una mirada, una eternidad aciaga.

Ávida emocional no continuarás sufriendo,
¿sabes lo que deseas si pudieses obtenerlo?
Te alejas en los brazos de la muerte cruel.
¡Poeta atrapada a las puertas del infierno!

Entre anillos cónicos, Beatriz* te escucha.
Recoge su túnica púrpura y clama al cielo.
Alguien interpreta entre trompetas sordas.
¡El maligno es bestia que susurra sierpes!
Ssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss.


Voz en off desde el infierno:


¿A quién le importa lo que piensas?
¡Continuas, deambulando a ciegas!
*Beatriz: la esperanza en 'La Divina Comedia'.

Esther Ferrer Molinero

5/2/10

ALMA VIVA, VAMPIRA (En el infierno)


¡No duermas nunca, alma viva,
siembra el infierno de vampira!

Escucho tu voz inquietante en el olvido,
transitando por la senda de los muertos.
¡He hallado a la sombra! ¿Será un sueño?

¡Extirpo una espina del costado,
daga pluma, me ha alcanzado!

Una virgen llora ensangrentada, vagaba,
exhalando su espeso aliento, desangrada.
¿Dónde vas tiniebla? ¡En el abismo estaba!

¡Ríos de lava fluyen candentes,
verdes flores, fluorescentes!

Decanta rojas gotas del tintero derramado,
la noche atrapa, enmascarada en un reflejo.
Levanto el vuelo en-sueño, ya no duermo.

¡No duermas nunca, alma viva,
siembra el infierno de vampira!

Esther Ferrer Molinero

23/1/10

NADIE, POLÍTICO EN EL INFIERNO


I
Nadie aprende, nadie vaga.
Comprimes cabeza tubular,
rodando ideas insurgentes.
Logos hastiado, nadie alaba.
Cambia bastón por báculo,
muleta liberal transferible,
estrujando acción punible,
aplastando pedante óculo.
Frías bajezas, compunjidos,
intérprete de lo artificioso,
comediante, habla ocioso,
¡gobernantes corrompidos!

II

Nadie asiente, logos miente.
Confían sentidos exaltados,
falsos engaños, doran loas.
Acuerdos insertados, callan.
Replicantes, voz desafiante,
nadie valora, nadie escucha.
¿Quién es nadie, austucia?
Voz diluida a los dictados,
de burlones fundamentos,
de ardides lides amañados,
de advenedizos ensalzados.
¡Ingenuos atajan y sacian!

III

Arrojando erróneas claves,
materialismo sin audiencia.
¿Se extinguen cual fluido?
Nadie escruta, nadie espacia.
Delirio y descenso infernal,
incauto favor emulsionado.
Tus alas blancas cera dan,
engañan golosas ofrendas,
juzgadas en dignas ventas.
¿Quién prorroga la caída?
El juego y el fin de la partida.
¡Nadie es rival, nadie gana!
...
ESTHER FERRER MOLINERO

¡HOY ES AYER, AYER, MAÑANA QUIZÁ!

I
¡Hoy es ayer, ayer, mañana quizá!
Hoy he soñado contigo, velero,
surcabas a vuelapluma, certero.
Hoy he soñado contigo, lucero,
lanzabas flechas al arco lunero.

Ayer…
He soñado que ayer soñaba,
he pensado que ayer viajaba,
he soñado, ayer, y el mar.
II

¡Hoy es ayer, ayer, mañana quizá!
Hoy he viajado contigo, amante,
cruzabas vías, pasajero andante.
Hoy he viajado contigo, vagante,
evocando recuerdos, caminante.

Hoy
He arrancado tu calendario,
hoy, el viento, lo quiso extraviar.
Hoy he vuelto, hoy, y el viento.


ESTHER FERRER MOLINERO

15/1/10

MELANCOLÍA VORAZ (a Charles Baudelaire)



A Charles Baudelaire

I

¡Oh cabeza fría y triste!
Ángeles infernales lloran,
desgarrando el sutil velo.
Húmedos rostros ajados,
cristalizan lágrimas rotas.
¡Oh miserable fortaleza!
Confundida suerte funesta.
Aureolas caídas desnudan
la concupiscente pasión.
¡Ilusa, pérfida renegada!

¡Melancolía, melancolía veraz!
¡Melancolía, melancolía voraz!
¡Medrando, melancolía, devoras!

II

Cadenas engarzadas tocan,
estridencias sones, tientan.
Asco hediondo al observar
petrea melancolía hallada.
¡Tiempo, espacio infinito!
¿Versaba en humor ironía?
¡Encriptaba en símbolos!
Guantes claros arrojados,
dandy precoz aventajado,
mi amigo, cherr Baudelaire.

¡Melancolía, melancolía veraz!
¡Melancolía, melancolía voraz!
¡Medrando, melancolía, devoras!

III

¿Abrazar dolor en boulevard?
¡Cuántas lágrimas he errado!
Salvaje perforando entrañas,
repulsión y no poder vomitar.
¡Expulsaré al ente huraño!
Un demonio impetuoso siento.
¿Perturbada por Platón vacío?
¡Aturdida, en un sueño banal!
¡Activista placentera, disfruta,
de la vida y sus causas justas!


¡Melancolía, melancolía veraz!
¡Melancolía, melancolía voraz!
¡Medrando, melancolía, devoras!



ESTHER FERRER MOLINERO

2/1/10

POETISA, RAZÓN DE SER (En el purgatorio)


Cuando nadie escucha, soy.
Cuando nadie mira, estoy.
Cuando nadie espera, voy.
Siento ser, si siento lucha.
Soy ser, siempre he sido.
Siendo ser, ahora, existo.

Soy como soy, así era.
Soy así, era verdadera.
Soy, era, senda vera.
Siendo necesidad, era.

¡Exprimo gotas exudadas,
soy así, lágrimas doradas!

Cuando nadie escucha, soy.
Cuando nadie mira, estoy.
Cuando nadie espera, voy.
Siento ser, si siento lucha.
Soy ser, siempre he sido.
Siendo ser, ahora, existo.

Siento una espina púa clavada en mi costado,
soy arrogante, medro siguiendo su escorzo.
Soy flor, pensamiento soy, apenas recortado.
Soy inhiesta; si atraviesan mi mirada, gozo.

Cuando nadie escucha, soy.
Cuando nadie mira, estoy.
Cuando nadie espera, voy.
Siento ser, si siento lucha.
Soy ser, siempre he sido.
Siendo ser, ahora, existo.

Me vence el viento de un soplo programado,
me mece el aliento que tú no has exhalado.
Me limita el sabor de unos labios huidizos,
¡alquimista destilada de perfumes sagrados!


Cuando nadie escucha, soy.
Cuando nadie mira, estoy.
Cuando nadie espera, voy.
Siento ser, si siento lucha.
Soy ser, siempre he sido.
siendo ser, ahora, existo.

Siendo así, ¿nunca he sido?
Sí, soy, siempre he existido.
¿Soy poetisa antes que ser?
Sí y soy ser, eternamente ser.

¡Escribo mis letras engarzada,
soy así, rapsoda descarnada!

Cuando nadie escucha, soy.
Cuando nadie mira, estoy.
Cuando nadie espera, voy.
Siento ser, si siento lucha.
Soy ser, siempre he sido.
Siendo ser, ahora, existo.


Esther Ferrer Molinero

23/12/09

LA BOLA DE FUEGO



La oscuridad reinaba sin concesiones. La penumbra y las sombras se cernían sobre el imperio de la Luz. En aquel tiempo, el reino de las luminarias, había sufrido un gran apagón debido al secuestro de sus luciérnagas luminiscentes. Aquel extraño suceso perpetrado por los ladrones de luces se había originado en la hora sexta, mientras los dioses contaban los granos de los relojes de arena de la región de las dunas. Los caballeros de las sombras, ladronzuelos usurpadores de energía, se habían propuesto absorber, uno a uno, los generadores de luces provisionales que habían sido colocados tras el fatídico apagón general. (Apagón, que no había contribuido a incrementar la población de pequeños etéreos ya que las féminas sufrían aquejadas de una extraña dolencia cefálica.)


Logan, caballero de la orden de los cruzados etéreos, observaba incrédulo el firmamento en el preciso instante en que una bola de fuego incendiaria lo surcaba dejando su estela. Poco a poco, su haz de luz se hacía más intenso para finalizar sumergida en la laguna acristalada evitando ocasionar emisiones de gas. La laguna, reserva natural en la que habitaban todo tipo de especies protegidas de fauna y flora, era considerada por los etéreos como el jardín de las delicias del reino de la luz. En aquel paraíso original convivían sin estrés, aves, plantas, árboles frutales y animales mitológicos. Aquella bola incandescente, al hundirse, había provocado un volcán de miles de burbujas efervescentes que flotaban como pompas jabonosas caldeando la temperatura del lugar y, dentro de ellas, se desplazaban diminutos duendecillos, hadas y ninfas. Este era un medio de transporte ligero propiciado por el constante aleteo del escuadrón de quimeras descomunales que sobrevolaba el paraje evitando la intromisión de los usurpadores de energía.

Logan, apodado ‘el espía’, había sido designado por el consejo de los desdobladores de mentes para acercarse y comprobar, in situ, el alcance de las emisiones. Logan era un hombre excesivo en sus formas y muy arrogante. Atrincherado con su coraza negra y su casco, intentaba ser más rápido que su sombra que era escueta y evasiva.

- Por fin tendremos agua caliente para uso clandestino- Comentó Logan bajándose de su vehículo a dos ruedas, un omicrón último modelo con alas en su rodamiento que petardeaba cada vez que Logan quería hacerse notar.
- La temperatura del agua ha subido 30º erios y la del aire 20º erios, esto es más que suficiente para evitar el enfriamiento del abismo- Explicó Jason a Logan, uno de los operarios que se encontraba midiendo la oscilación de las aguas termales.
- Los 'hidropasajes' (viajes en pompas de jabón) son lo de menos, lo importante, es que ascienda la temperatura del aire para evitar la congelación.- Indicó la retórica, Polis, al senador Aurio que sostenía una gigantesca lupa en su mano.


Polis, se había convertido en una mujer intrigante, nada complaciente, acostumbrada a tratar con Políticos y Cívicos (partidos ideológicos enfrentados) o lo que es lo mismo, farsantes de diversa procedencia. Ella era una mujer de actitud empecinada y, por ello, disgustaba al senador Aurio, siendo el orador, el único representante electo del grupo de los Políticos. Polis siempre tenía un interrogante a punto de salir de su boca y sus ojos eran dos exclamaciones.


! !

?


Aquella noche que había comenzado como cualquier otra sería recordada por los habitantes de la región cerebral como la más desconcertante de cuantas habían vivido. Al tiempo que la luz luchaba con la tiniebla por ocupar su lugar, se produjeron los hechos siniestros. Eran las ocho de la tarde y en el ambiente se podía percibir un cierto olor a cuerno de unicornio quemado. Tal y como acontecía desde la noche de los tiempos, el ritual del encendido lumínico comenzaba con una coreografía (de ballet) interpretada por ninfas, duendes y diversa fauna folclórica en el lago de los cisnes, cerca de la laguna.
En aquella ocasión, los habitantes del reino se habían cubierto de lágrimas, no siendo este el motivo del apagón. Un antihéroe, conocido entre sus intimos como ‘el antagonista’, era el encargado de darle a la palanca de la luz y al enredarse entre los hilos de las Moiras había caído sobre la tecla equivocada, provocando así, un cortocircuito al fundir todos los plomos del reino. Esta singular parodia fue utilizada por los usurpadores de energía que, con nocturnidad, alevosía y ensañamiento, se apoderaron de las luminarias desconectadas y desconcertadas.

Continuará…


Esther Ferrer Molinero



15/12/09

LUCINDA Y LOS RÍOS AFRUTADOS






Lucinda se asomó al balcón para sentir en su lozano cutis el soplo de una brisa muy aromática, en el instante, en el que despuntaba la primera claridad del día. Aquella mañana de septiembre, pese a los azarosos vaivenes del viento, el aire, desprendía un aroma afrutado y maduro, anunciaba que la época de la vendimia estaba próxima.

Dioniso siguiendo fiel a su ritual, año tras año, era el encargado de organizar la gran bacanal para conmemorar que la diosa de los campos, Deméter, había realizado todo lo que debía, aquello que anteriormente habían tejido las Moiras, quizá. La cosecha, según lo establecido, estaba en su punto, se podría hacer ambrosía con las uvas maduras o, incluso, néctar e hidromiel. La diosa de la cosecha trabajaba siguiendo un patrón de guía muy meticuloso, sembraba de un soplo de izquierda a derecha, lloraba unas cuantas lágrimas de angustias abonables, para después atraer una gran tormenta sobre lo anteriormente plantado. Últimamente se encontraba, un día sí y otro también, haciendo de plañidera por los campos arados.

-Hoy he madrugado mucho así que, querido Eolo, deja lo que estés haciendo para un mañana no tan cercano, me tienes que echar una mano, mejor dicho un soplo- añadió Deméter a ritmo de rapsodia.
-No te preocupes, querida, ya que yo sigo el tempo que me marcan las estaciones y por supuesto el que dictaminas tú, mi querida diosa, nunca he querido convertirme en un fruto amargo sin un futuro cierto- explicitó Eolo sin mayores contemplaciones.


Entre tanta confusión, a ritmo de una Rapsodia Húngara de Liszt, se cosechaban los campos con la inestimable ayuda de los dioses y no muy lejos de allí se encontraba, Lucinda, internada en el bosque floral emanador de efluvios fantasiosos y terapéuticos. La niña se había adentrado en la espesura del bosque, en su escondite preferido, aquel que sólo conocía ella y, sin poder evitarlo, había tropezado con un hilo rojo muy llamativo oculto entre la maleza. El hilo poseía tres terminaciones nerviosas como si fuesen tres globos oculares de color rojo escarlata que parecían tener vida propia.

- Podrían ser las Moiras observándolo todo... - pensó Lucinda en voz alta.

En aquel momento, se le presentó un enorme dilema a la joven hada y siendo ella una personita de una curiosidad insaciable, decidió tomar el ojo de la izquierda para evadirse de un juguetón petirrojo que sobrevolaba intentando posarse sobre su enmarañada cabeza. Aquella mañana, tampoco, se había peinado.

-Deja de molestarme, fastidioso pajarraco, ¿no ves que nadie ha anidado en mi cabeza todavía? ¿Cómo sino iba a tener estos pelos deshilachados?- asestó Lucinda enfadada.
-Abandona ese hilo rojo, Lucinda, estás demasiado cuerda para seguir un hilo que no has tramado tú- respondió el pajarillo, que era uno de sus mayores confidentes.


Los frutos rojizos y olorosos de las vides comenzaban a explotar como glóbulos sanguíneos impregnándolo todo de un ambiente dulzón, azucarado e intenso. Cada vez que uno se rompía sonaba una nota diferente y de repente sin poder remediarlo, una alegre sinfonía animaba el entramado bosque. El cielo pálido se teñía, poco a poco, de un tono granado y la humedad, excesivamente pegajosa, estaba indisolublemente unida a aquella época del año denominada por los druídas del lugar ‘el tiempo de los ríos afrutados’.


- Puedes comprobar, amigo Petit (Petirrojo), que un hada como yo, en ocasiones, se deja llevar por esa sensación diluida que la acompaña a una cuando se encuentra en estado de irrealidad contenida- mascullaba Lucinda buscando a su pequeño amigo.
-Estado muy habitual en tu persona y, a veces, no tan contenido- insistió Petit, en un piar muy bajito para que ella no lo advirtiese.

Los oráculos de las pitonisas más lenguaraces, dedicadas a leer la buena fortuna de altivas diosas famosillas, muy conocidas en actos sociales varios, habían desvelado designios sustanciosos y aquella jornada, se vaticinaba como excepcional en el Olimpo de los dioses. Estas palabras habían salido expedidas de la boca de la pitonisa mayor, cuya lengua se desenroscaba como una alfombra roja:

“¿Qué es la decadencia? ¿Una involución?
Soñar que caes en un abismo interminable.
¿Qué es la permanencia? ¿La revolución?
Soñar que descansas en un nicho amable.
¿A quién le intrigan tus veladas pesquisas?
Falsaria empedernida deja de interpretarte.
Hallarás el ojo de la luz flotando en el río.
Morirás cuando se extinga el último etéreo.”

Continuará...


Esther Ferrer Molinero

ESPACIO, FRÍA LUNA ( La musa enferma)


Inspiras y espiras...
Cristales añicos,
espejos vahídos.
Expiras y exhalas...
Imágenes talladas,
retinas robadas.

Te desnudas, musa pálida, ante la laguna hiriente,
tibio despojo anuncia la claridad de tu voz pausada.
Tu sabor gélido se entremezcla con tus lágrimas,
calladas, ausentes y templadas. Espacio, fría luna.

Inspiras y espiras...
Cristales añicos,
espejos vahídos.
Expiras y exhalas...
Imágenes talladas,
retinas robadas.

Desgarrada angustia, llanto abandono y necesidad.
Sumergida en el frío de la noche oscura, cuarteada.
Abandonas tu aliento, lentamente, musa retardada.
¿Duermes? Ensueño profundo y placentero. Sueño.

Inspiras y espiras...
Cristales añicos,
espejos vahídos.
Expiras y exhalas...
Imágenes talladas,
retinas robadas.

Cierras todas tus ventanas con la llave de la vida,
sellas lacras angustiosas, abismo aciago perpetuo.
Desgajado corazón tintero, supura sangre blanca.
El invierno otorga duelos y quebrantos yermos.

Inspiras y espiras...
Cristales añicos,
espejos vahídos.
Expiras y exhalas...
Imágenes talladas,
retinas robadas.
ESPACIO, FRÍA LUNA...


Esther Ferrer Molinero.

8/12/09

EL REINO DE LA LUZ


Érase una vez... hace millones de años, en una tierra muy lejana más allá del abismo de la incertidumbre, un lugar que había permanecido al margen de toda civilización, inaccesible, enigmático pero a la vez seductor.


El viento gruñía en aquel tiempo con fiereza y se escuchaba su lamento al fondo del cerro, en el cañón. Una ráfaga arrastraba el polvo del desierto situado en los confines del reino de Hades, al otro lado de la vida. El territorio elegido para soñar era un paraje recóndito apartado de la mano de los dioses, sólo se podía avistar desde una perspectiva muy elevada de la región cerebral (montes muy escarpados), ya que sus valles encajonados no permitían vislumbrar sus espectaculares luminarias sin poseer 'el ojo de la luz' (amuleto mágico de color ámbar).

Los habitantes autóctonos de esta tierra denominados 'Etéreos' se caracterizaban por poseer una mente abierta de actitud independiente y grandes ideales. Estos individuos de gran capacidad no destacaban especialmente, ya que no habían encontrado su lugar en el mundo. Habían sido iluminados por el conocimiento alquimista, siendo su principal preocupación la búsqueda de la felicidad para toda la comunidad; así vivían anclados en un ideal inalcanzable, peleando hasta la extenuación por hallar la verdad, su mayor descalabro y contrariedad. Los Etéreos buscaban una única finalidad consistente en lograr la claridad de ideas en un mundo de ofuscados serviles. Los caballeros Etéreos libraban su particular enfrentamiento con los paladines de las sombras, temidos adversarios conocidos bajo el nombre de 'Usurpadores de energía'. Estos seres mucho más complejos, enrevesados y malignos se autoabastecían unos a otros siguiendo una jerarquía de dominio, eran claramente la especie a extinguir por pertenecer a una estirpe de la peor calaña. (Apodados 'ladrones de luces'.)


Cuenta un oráculo de pitonisas viperinas y deslenguadas, que se había producido en aquel tiempo una convención de Desdobladores de mentes, en la que se había acordado una alianza como única salida para la liberación de los oprimidos Etéreos. Los Desdobladores de mentes eran los sabios del lugar, guardaban en su memoria varias vidas, atesoraban la historia transmitida por los ancestros y la esperanza de nuevas generaciones, por ello, eran el último reducto de la energía de la que antaño se había disfrutado y se erigían como el germen de una posible sublevación de la luz.


Se aproximaba el tiempo de la alianza entre Etéreos y Desdobladores de mentes y sólo podían conseguirlo utilizando la magia como hilo conductor traspasando la barrera entre lo real y lo ficticio. Tan sólo unos pocos, los Elegidos, llegarían al conocimiento pleno y verdadero. Estos iniciados tenían la capacidad de hacerse invisibles y, de este modo, conseguir viajar hasta el Olimpo de los dioses para contactar con una hada en ciernes llamada, Lucinda. La joven hada era portadora del enigma de la Esfinge del ojo de la luz, manteniendo en su poder la bola brillante con la que poder vencer a los Usurpadores de energía...



Esther Ferrer Molinero



3/12/09

MAGIA


Era un día soleado, en un lugar remoto del Olimpo. La mañana que había comenzado con el tintineo de la lluvia al caer, se había enmudecido ante una nítida claridad sólo atenuada por el rumor de las aguadoras al acercarse con sus cántaros a la fuente de las ninfas.

Lucinda, hada mayor de cinco hermanas, regresaba con el cántaro medio lleno, aunque llevaba el vestido de los domingos hecho jirones y su madre, la gran hada del norte, la esperaba para que le acompañase a la runión dominical (gran congregación de hadas a las doce del mediodía.) Intuía que no le haría ninguna gracia que apareciese de aquella guisa y se las ingenió para retrasarse más de la cuenta, inhalando menta fresca.
El camino que transitaba hacia el páramo era el menos visitado, pero el más peligroso. Decían los lugareños que era frecuentado por druidas, brujos enganchados a las malas hierbas, gárgolas escupidoras de fluidos acuosos, quimeras en su día de asueto y grifos venidos del inframundo. El suelo, una alfombra multicolor, estaba tapizado de una gran variedad de especies aromáticas, por esta razón, el que inspiraba muy fuertemente sufría toda clase de experiencias fantasiosas y alucinaciones varias.

Lucinda, canturreando, se había adentrado sin preocuparse en la zona más exuberante del bosque, esperando encontrar así la relajación de los efluvios emanados por las plantas silvestres. La aspirante a hada no se había percatado de la existencia de un personaje peculiar y extravagante que se encontraba recostado sobre una piedra, al final del camino. El espécimen era de un tamaño minúsculo, poseía unas orejas puntiagudas y una indumentaria verde menta. El hombrecillo, al notar su presencia se incorporó y al tiempo que se estiraba, comenzaron a alargarse sus extremidades convirtiéndose en un individuo de estatura normal. Al acercarse, Lucinda, comprobó que no parecía del todo humano y para cerciorarse le pellizcó una de sus mejillas sonrosadas.

-¡Hola, hombrecillo! – añadió Lucinda desconfiada. - ¿Quién eres?
-¡Hola, chiquilla descortés! Soy un mago encantado, convertido en duendecillo y tú puedes liberarme sólo si confías en mí. – dijo el elfo entusiasmado con voz muy profunda.
-¿Qué tengo que hacer para liberarte? – exclamó Lucinda con los ojos fijos en los del duende, sin dar crédito a lo que oía.
-Ofrecerme el agua de ese cántaro y en un breve espacio de tiempo hallarás lo que tú desees.

Lucinda no dudó, cedió el cántaro al elfo y se marchó repitiendo, una y otra vez, las palabras que el mago había mencionado, evitando así caer en el influjo del aroma alucinógeno del bosque.
Al cabo de unos días de regreso a casa, en aquel mismo lugar, encontró un trébol de cuatro hojas y al lado, una piedra con destellos encerrados en su interior. Levantó la piedra y la estrelló contra una roca observando que se trataba de una bola de cristal irrompible, muy brillante, y que su interior estaba habitado por un mago en miniatura. La bola poseía un valor especial para un hada ya que podía predecir el incierto futuro. Lucinda no volvió a tropezarse con el hombrecillo pero nunca jamás dudó de aquello que le había confiado el mago.

Esther Ferrer Molinero

JUZGADA VERDAD


Me siento en el estrado muy centrada ¿será el de los acusados?
Para hablar de la ignominia del infame amedrentado que señala,
sin saber que el reo de muerte no ha sido juzgado, por suerte.
Me levanto con la verdad en la frente y una mente discerniente,
en la disyuntiva no atina el sentido del que ha encontrado su razón.
La verdad más subjetiva, que pudiera ser falaz y farsa ¿no es real?

Si el objeto de la prueba no es veraz, la prueba nunca ha existido.
¿Y en el caso de que el reo haya sido un aliado de las Moiras viles?
En su defensa audaz siempre queda el sufrido beneficio de la duda.
El que creyendo en el engaño piensa que su hora fatal ha llegado,
no entiende que la verdad certera es la lucha del que nunca ceja.
¿Y en el caso de que la verdad sea una locura de interés cegado?

La espera del inculpado habría merecido la pena, si es absuelto.
Un sentenciado no litigará lúcidamente sin probar sus artificios.
Le espera la horca y la soga censora es un lazo pesado, ahoga.
¿Quién ha decidido que muera si la balanza ha decantado su sino?
La fatalidad de los que mueren siendo su vida su única morada,
la realidad del que cree que su verdad nunca será comprobada.

¿En qué momento comencé a entender y cuando dejé de ignorar?
Cuando presionaba la soga, en ese momento comprendí la verdad.
La vida no es una cruzada sin fin luchando en una guerra amañada.
He librado batallas encarnizadas en campos profundos y yermos,
ahora, sólo me queda luchar porque la verdad sentencia a la muerte.
No creo en los farsantes de falsas comedias, tal vez, en la beligerancia.


Esther Ferrer Molinero

1/12/09

MALDITA VIDA


Malditos, los muertos indolentes en vidas juzgadas,
malditos, los que ansían de la farsa comedia el soplo.
Malditos, los del garrote vil y la salvaje Inquisición,
malditos, los que desaparecen sin un hueco borrador.
Malditos, los que de sombras gélidas tiñen sustancias.
¡Maldita vida, maldita suerte, maldita hora de muerte!

Siento frío, siento muerte, siento escarchadas venas.
Siento antárticas pulsiones, que desencajan mis penas.
Malditos, los confundidos porque amaban la verdad.
¡Maldita sea mi suerte, maldita vida, maldita falaz!

Malditos, los no nacidos porque han sido anulados,
malditos, los que esperan su soga en el cadalso.
Malditos, los arrogantes, engreídos y soberbios,
malditos, los falsos amantes si no sienten frenesí.
Malditos, los represivos maltratadores de la mente.
¡Maldita vida, maldita suerte, maldita hora de muerte!

Siento frío, siento muerte, siento escarchadas venas.
Siento antárticas pulsiones, que desencajan mis penas.
Malditos, los confundidos porque amaban la verdad.
¡Maldita sea mi suerte, maldita vida, maldita falaz!


Esther Ferrer Molinero

29/11/09

SUEÑOS DORMIDOS (La Musa Enferma)


Tras la cortina sutil, atisba entreabierta la duda temerosa.
La arrogante musa ansia volar, el aniquilador de sueños,
administra somníferos. La rosa, fluida roja, sufre olorosa.
Duerme si en tu sueño no tienes cabida. ¿Inciertos sueños?

Duda dormida, llagas vencida.
Frágil y desnuda, ¡duda cruda!
El corazón tintero supura gota,
lágrima roja, espumosa brota.
¿Dudas amor? La duda te mata.
¿Sufres musa? ¡Médula sangra!
Si el amor era un eco dormido,
deseo vivir en el sueño perdido.

El tiempo es un espacio vacío, el lapso, su hueco omitido.
Hallar la clave, la fusa debía. Grave error, afecto no había.
Ya no dudo, pues la certeza me arrastra. ¡Digno corregido!
En la oscuridad, un farol, es guía que ilumina al aturdido.

Duda dormida, llagas vencida.
Frágil y desnuda, ¡duda cruda!
El corazón tintero supura gota,
lágrima roja, espumosa brota.
¿Dudas amor? La duda te mata.
¿Sufres musa? ¡Médula sangra!
Si el amor era un eco dormido,
deseo vivir en el sueño perdido.

Invertidas intenciones asoman, el ataque es la defensa.
Divertidas expresiones rompen lanzas, reverso doble.
Composición imprecisa, acuarela desleída y adversa.
El amor ya no duda, si la mariposa que nace es oruga.

Duda dormida, llagas vencida.
Frágil y desnuda, ¡duda cruda!
El corazón tintero supura gota,
lágrima roja, espumosa brota.
¿Dudas amor? La duda te mata.
¿Sufres musa? ¡Médula sangra!
Si el amor era un eco dormido,
deseo vivir en el sueño perdido.


Esther Ferrer Molinero

27/11/09

ELOGIO A LA ESTULTICIA O A LA LOCURA


¡Mísera, descastada, pobre infeliz!
¿Cree una ingenua reírse de mí?
Pobreza de espíritu nunca poseeré,
pues otros más pobres que yo veré.
La desmantelada burla es incierta,
si el bufón clandestino no acierta.

Cual culebra serpentina, clavas espina.
¿Crees que me puedes matar? ¡Ilusa!

La malvada ladina en su malicia,
especula que el poder es agravio,
hiriente ser, insensato descalabro,
¡qué funesta su pericia y estulticia!

Cual culebra serpentina, clavas espina.
¿Crees que me puedes matar? ¡Ilusa!

Anotaciones insulsas y macilentas,
Comentarios mustios y deslucidos,
¡Opiniones! No son de mi agrado.
¡Qué razón suministra dirección,
pues no existe esa comunicación!

Cual culebra serpentina, clavas espina.
¿Crees que me puedes callar? ¡Ilusa!




Esther Ferrer Molinero

20/11/09

ROSAS ROJAS (La Musa Enferma)




De rosas rojas, la musa pálida, inyecta sanguinolentas mejillas,
nidos en su cabeza, desentrañan púas, de escuálidas horquillas.
Moiras enlazan hilando, en su pelo enredado, enhebran notas.
Trazan su sino, devanado la suerte, deshilachan hilos de muerte.

Amor amado, amor desesperado,
amor callado, amor desenterrado.
Quiero poseerte, amor indiferente,
no deseo perderte, amor naciente.
Soñaba que el amor era un sueño,
amaba si soñaba, el corazón dueño.

Erato acaricia su lira, rasgando afloran, inquietantes loas.
¿Sueñas musa una ficción? ¿Vives en una ilusión? Gozas.
Signos quejidos aplacan versos amantes y entonan trovas.
La Esfinge formula un enigma acertijo ¿Un jeroglífico?

Amor amado, amor desesperado,
amor callado, amor desenterrado.
Quiero poseerte, amor indiferente,
no deseo perderte, amor naciente.
Soñaba que el amor era un sueño,
amaba si soñaba, el corazón dueño.

La musa enferma, a un bosque arcano y lejano ha llegado,
inspirando esencias, de embrujos filtros atraída, adormecida.
La mustia abrasada, un trébol de cuatro hojas, se ha topado.
La ilusión florece, savias reverdecen. ¿Alentará a la decaída?

II
Amor amado, amor desesperado,
amor callado, amor desenterrado.
Quiero poseerte, amor indiferente,
no deseo perderte, amor naciente.
Soñaba que el amor era un sueño,
Amaba si soñaba, el corazón dueño.

Valkirias cabalgan incansables, galopan suspendidas en el aire,
trompetas y timbales, anuncian la llegada. Una dócil cabalgata.
La musa doliente conduce su sino, recupera su corcel destino.
Vibran flores en praderas, surgen lirios en valles y laderas.

Amor amado, amor desesperado,
amor callado, amor desenterrado.
Quiero poseerte, amor indiferente,
no deseo perderte, amor naciente.
Soñaba que el amor era un sueño,
Amaba si soñaba, el corazón dueño.




Esther Ferrer Molinero

10/11/09

LA PÁLIDA FLORECE (La musa enferma)


Musa muerta, ¿envuelta en llamas has soñado abrasada?
Mortificada, tiritando en carne fría, sobre tu almohada.
Desde mi sepulcro cubierto, horadada de dolor, tiemblo.
El caballero acorazado, arroja lanzas; púas agujas, clava.

La blanca pálida florece,
ardiente savia reaparece.
Espumosos ríos de lava,
desbordaban tintas grana.
Pulsión sangrante pasión,
desconcertante aflicción.
Mutismo cesa en nichos,
secas fosas, abren bichos.

Entre crujidos y dagas, la enferma, se incorpora al alba.
Partiendo sus alas, surca el cielo. El sueño eterno, acaba.
Deprimido destino, la musa fusa, pretende eludir su sino.
Lucha encarnizada, flagrante jornada ¿cruzar sin tino?

La blanca pálida florece,
ardiente savia reaparece.
Espumosos ríos de lava,
desbordaban tintas grana.
Pulsión sangrante pasión,
desconcertante aflicción.
Mutismo cesa en nichos,
secas fosas, abren bichos.

¿Por qué te extrañas? Aguardo sola en esta encrucijada.
Dispuesta cedida alma, el borde del precipicio, inflama.
No deseo sucumbir a la suerte maldita, no cejo en vivir.
Rastreo sendas amadas, melancolía, nunca anhelé morir.

La blanca pálida florece,
ardiente savia reaparece.
Espumosos ríos de lava,
desbordaban tintas grana.
Pulsión sangrante pasión,
desconcertante aflicción.
Mutismo cesa en nichos,
secas fosas, abren bichos.

La desangrada, surge doliente desde su tumba ultrajada.
Despojada, la muerta, de albas escarchas, descubierta.
De cicatrices profundas, su encarnadura, es cauterizada.
¿Tejer vanidades con hilo dorado? ¿Burlar a la siniestra?

La blanca pálida florece,
ardiente savia reaparece.
Espumosos ríos de lava,
desbordaban tintas grana.
Pulsión sangrante pasión,
Desconcertante aflicción.
Mutismo cesa en nichos,
secas fosas, abren bichos.

El azaroso ha partido una lanza serpentina, cruje sanguina.
Restauras corazón tintero, de trozos añicos, ¡musa, ladina!
Lamentos chillidos, desgarros, perforan sonidos tristes.
Despliega tus alas, fluye altiva; desde la cripta resurges.

La blanca pálida florece,
ardiente savia reaparece.
Espumosos ríos de lava,
desbordaban tintas grana.
Pulsión sangrante pasión,
Desconcertante aflicción.
Mutismo cesa en nichos,
secas fosas, abren bichos.


Voz en off:

Amo. Amor amado, querer desesperado.
Quiero. Querer amor, sentir enamorado.
Siento. Sentir pasión, amor entusiasmado.
Quiero Amor, Quiero Amar.
Esther Ferrer Molinero