EL CABALLERO INEXISTENTE

Un huracán se cierne sobre el olvido
en montañas de sienes borrascosas.
Los pensamientos de Cupido
se arremolinan en lluvia de ideales.

¿Acaso creías tener la verdad en un puño?
Cruza Éolo reprimido, era el triunfo de la muerte.
¡Una derrota, tu suerte!
Toma el soplo, insúflalo.
Bebe de la fuente de la ninfa sanadora.
¿Te crees, acaso, mancillada?

Cierra el puño y álzalo a las estrellas. La vida es bella.
¡Ábrelo y contemplarás la rosa espinada!
¡Ábrelo, no seas desairada!
¿No cura la herida?
¡No cura, cautela!

Tu sangre no cuaja, niñata pueril.
Ni hermosa prosa ni diosa gentil.
El caballero es inexistente y el limbo vago oropel.

¿Razón sin voluntad bajo el desteñido velo?
Ocasión, oportunidad y veladas miradas.

Siete velos aprisionan la consciencia. Siete.
¿Estás dormida o es Freud narcoléptico?
Estoy soñando, que no divago ni comulgo.
¿La culpa ha sido desterrada por religiosa cristiana?
Sí, la culpa no existe, se ha hecho pagana.

No subsiste
y danza en el Olimpo, casquivana.

Una y otra vez, el duelo, ha sido amañado sin alivio.
De luto abrupto y corrupto.
El caballero luchaba como zorro, astuto.
¿El caballero inexistente?
Ese, el que está en mi mente.

Esther Ferrer Molinero

EL HILO* la espera

No me arrastraré por el fango del olvido,
mi apenado corazón aún está vivo.
No transitaré hacia este río de sangre,
de dolor hirviente y macerado
de dulzor y amargura aderezados. No.






No lloraré por los alpendres ni tejados
ni descenderé a la cripta del amor violado. No.
No gritaré tu nombre, casi ultrajado por mí.
¡Tantas veces, por pensarlo, he fracasado!
No lloraré en el abismo, cerca del sudario. No.





Respiraré...





No seré en la omisión del desencanto la que hila. No.
¡Moira viva bordando la muerte del que olvida! No.





El crujiente desgarro, tantas veces sentido,
Tantas omitido, tantas cegado, profanado,
aniquilado y sentenciado... por la vida.





Tantas noches sin estrellas,

tantas lunas sin fulgor.

Tantos días en quimeras,

tantas lunas a la espera,

tantos soles en penumbra,

tantos dioses sin amor.


¡Tanto amor en el frasco de la esencia, nunca destapado! No.
¿Tanta lujuria que se extinguió cen los ancestros? No.
¡Tanta penuria, tanto secuestro, tanto gesto! ¿Inutil? Sí.


No,

no,

no.






¿Profanar mi intimidad con el ojo confiscado?
Cesura es el silencio y el tiempo, su cerrojo,
que se dilata.

¿Censura, quién se atreve a recortarlo?

¿Quién?

¿Quién, Moira, cortará el hilo?

¿Quién?

¿Quién, Moira, con sigilo?

¿Quién?





No, no... ¿no seré yo? Sí.

¿Quién, sino?







ESTHER FERRER MOLINERO

CREENCIAS TRUFF-ADAS

Me rajo el vientre
y extraigo el corazón disecado.
Vivo en la calle del Infierno, sin número.
Cuatro puertas más abajo,
encontrarás un teatro y un sombrero de tres picos.
Mis compañeros son cadáveres trasnochados.
La maldita inquilina del teatro copula con el mal y sus flores muertas.
Su hedor es el perfume que me invade.
Odio el abismo y la necesidad.
Vivo en la crisis del llanto aunque me río de la incoherencia del todo.
Transito en el desierto del reloj de arena
del palacio al jardín y del jardín a las tejas.
Me desnudo en carne viva.
Viajo en mi burbuja, siento frío,
gélido helado en la hipérbole.
Creo en la indecisión del destino,
asalto a la duda,
siento la inanición, amo la locura.
Aplaco la cordura de ida y vuelta con abrazo.
Me elevo a los infiernos del Hades, explícita.
Creo en los irredentos
y en la Gioconda, también.
Creo en la maldad
aunque suspiro por sanarme en las delicias del bien.
¿Y, tú, me crees?

ESTHER FERRER MOLINERO

DESEOS DE COLLARÍN

La sorpresa anuda la variabilidad
y el deseo, inalcanzable, atrapa disidente.

El anhelo empapa con su aroma floral.
Gira en espiral, obsesivo y permanente.

Desata la fragancia que evapora el sinsentido,
y adhiere la miel de la sinestesia.

Los deseos son cuadrados, estriados,
y estampados como sellos.
Lacrados, impresos y numerados. Sellos inclasificados.
Racionalistas de itinerario azaroso
que no postean, por descarte.

Los deseos vuelan estarcidos
cuando pasan por el filtro.
De amor...

Deseos de collarín.

Sin pervertirlos por exprimirlos,
sin extraerle la pulpa a la sustancia,
sin espinar la rosa del azafrán
ni enviar, al correo del Zar.


Deseo que el beso os sorprenda, cada día.
Desearía, alegría, en letanía.
Deseo miradas y verdades, deseo complicidades.
Deseo fundamentos, acciones y consecuencias.
Presencias, que no sean procesadas. Elocuencias.
Recesos sin aplazamientos. Injerencias.

Tiempo.

Libertad para el preso condenado.

Calma.

Deseo igualdad y oportunidad,
como ausencias del hueco borrador.

Deseo que la luz reconforte
y calme las heridas. Cauterizadas ya.
Deseo caricias.
Mesura en los dolores propios y ajenos.
Ternura, cordura y suerte.

Ya no deseo la muerte

ni ensueños del sepultador.

Deseo que la melancolía, caprichosa, huya.
Que el misterio, persuadido, prevalezca.
Deseo comprensión, viento y aliento.
Os deseo, a cada cual, vuestro alimento.

Deseos de collarín.

Sin pervertirlos por exprimirlos.
Sin extraerle la pulpa a la sustancia.
Sin espinar la rosa del azafrán
ni enviar, al correo del Zar.

ESTHER FERRER MOLINERO

TE QUIERO PERO NO MORIRÉ POR TÍ

Sus ojos son cuencas profundas,
heladas y frías lagunas de sal.

(Silencio ralentizado)

No escucho nada.
Nada.
Ahora, un leve quejido.

Una voz sin eco irrumpe sonora.
Después…
el estallido.
La niña gime.
Libia llora.

¿Quién grita?
La niña tibia,
su hermanita
y la muñeca Linda.

Luna se inmoló al alba.
Abrazó al abismo.
Jugar con muñecas sin muñecas
era el efecto lateral.

Huérfanas prematuras.

(Sonido acelerado)

El estallido.

Descalabro.

Me desperezo sin sueño,
Sueño su pesadilla.

ESTHER FERRER MOLINERO

AEROSTÁTICA

Concentra la gravedad del abandono.

Sueña en caída libre hacia el centro de tí.

Sopla el viento que te empuja, de costado.

(Violines...)

Te desperezas y, en la mañana, deshaces la maraña.

El alba corta, con sigilo, el hilo de la preocupación.

Lienzos. Sábanas. Viaje en globo.

Estiras los pensamientos y, entonces, te dimensionas.

Incisa. Precisa.

Poco a poco, primero el brazo.

Luego, la prolongación, de tí, de mí.

Ensamble.

El sueño aplaca encadenado.

Suspiras y adviertes que el soplo te fortalece.

En la enredadera de la mente esquiva, encuentras la salida.

Disipas la gravedad.

Altiva,

sobrevuelas...

ESTHER FERRER MOLINERO

ALUMBRAMIENTO

Son las dos cuarenta de un día inexistente.
Quizá, nunca salga de mi bolsa, soy clarofóbica.
Siempre la fobia y la luz. Siempre.
La del antes, la del ayer, la de los inicios.
Las perversiones del tiempo, el viento
y su expediente de regulación.

Me duele, me duele tanto, que no lo siento.
¡No quiero salir, madre! ¡No quiero!
El viento me roba los versos, son míos
y no eres tú, manecilla del reloj. ¡Olvídame!
He envejecido cien años, me conservo confitada.
No he nacido, aún.
Soy salvaje, soy la del sueño, quisiera nacer.
El hada Mermelada espera el llanto.

¿Mamá, dónde estás? Ya no noto tu cálido abrazo.
Tu voz, madre, siempre me calma, tu voz es mi cordón.
¿Madre, dónde estás que no te siento?
¡Madre, te quiero! ¡Te quiero...! ¡Madreee...!
Ayer, tiritaba de frío pensando que el mundo era un infierno.
Hoy, exudo.

Mi llanto comienza.
Es un gemido silencioso,
nunca llega la respiración.
Nunca llega.
Aguardo.
Silencio.

(Pienso)

Abro los ojos, poco a poco.
Pienso en las fresas salvajes del sueño.
Sueño en mi duermevela.
Hoy, he abortado mi salida.
No, quiero morir. No hay salida.

¿Mamá, dónde estás? ¡Te añoro, madre!
¡Madreee...!
Los frutos rojos,
se han desangrado en mi boca.
Dos opciones, un camino.
Mi destino.
Nacer, morir...
El sueño, otra vez.
Soñar...

ESTHER FERRER MOLINERO

EL VIENTO...

Sonreíste y escuché el sonido.
Tú, me hablabas en silencio.
Distante,
creí escucharte.
Advertías con mirada indecisa,
anunciabas una ausencia profunda.

Huías de tí,
de mí,
de nada.

Deseabas el olvido del mar.
El viento,
se arremolinaba, sediento.
Sentí que había estado aguardando nada,
todo el tiempo.

ESTHER FERRER MOLINERO

DYLAN SOPLA...

Del mar, un sonido...
Sirena y caracola
envuelven el abismo.

El azul intenso
aplaca el olvido.
Paleta fría
de espuma blanqueada.
Cuna del mar yodada.

De amar...
un último resquicio.
Borrón marino,
lastre, algas y artificio.

¡Oscuro mar encrespado,
vernáculo Verne, duerme!
Poeta ultramarino
que anhela en-sueño submarino.

Lluvia de ideales
surcan látigos canales.
El viento quejumbroso,
encoleriza.
En furnas abisales,

agoniza.

Éolo traicionero, infla el alzado mayor.
Doble tela, ninguna patria por bandera.
Tormenta sanadora,
Dylan... sopla.


ESTHER FERRER MOLINERO

Rassssssssss

El añil ciñe su velo sutil,
el arco lucero aguarda.
Ruge la espera
que nunca amaina.

(Rassssssssss)

La tormenta seca,
desenvaina.
Un rayo quebradizo
saja tu dolor.

(Rassssssssss)

Mi corazón tirita,
empapado.
Desgajado,
llora tintas grana.
Encogido, se desangra.

Triste luna, arcoíris azulado.
Trama suspendida, a mi lado.
La de-mora se tiñó de mora.
Mis cristales rotos
se hicieron añicos.
Mi vida, se alejó de mí.

En la caja negra
algo palpita incandescente.
Me enamoré de tí, ente,

y tú, no estarás presente.

Te conocí una noche gélida, vidriosa.
Mis huecos de cristal
se impregnaron de tí.
Cuarteada,
ahogué las ganas de tocarte.
Hambrienta,

me aparté de tí.

Te conocí una noche helada, congelada.
Sedienta,

me alejé de tí.
Mi ausencia de mí
perturbó mi soledad.

En la caja negra
algo palpita incandescente.
Me enamoré de tí, ente,

y tú, nunca lo sabrás.

(Rassssssssss)

ESTHER FERRER MOLINERO

INTUICIÓN

Fría telaraña de cristal
tejen las moiras.
Entramado, desentrañado.

"Presentía"
Dicta, en vilo,
la que corta el hilo.

Vilo, hilo, filo.

Él, nunca lo supo.
Sí, lo sabía.
Lo sé.

Intuía.

Era espera
de caminos ingeniera.
Era esperanza.
¿Lo vés?

Avanza.

La que toma la medida
de la vida, lo sentía.
Nunca sucedía.

Templanza.

La intuición era ella.

Era ella,
vera bella.
Era bella.
Bella-dona.

Lo tuyo
nunca será.

Quizá.

La intuición

y el aleteo.
La intuición

y el bloqueo.

ESTHER FERRER MOLINERO

... AMAR

Un suspiro,
tal vez, el aleteo.
Un instante suspendido,
el bloqueo.
El soplo me ha invadido,
extraña sensación.
Siempre la misma.
Emoción.

Susurrante, implacable
se apodera de mí.
La he eludido.
Ya no puedo.
Un suspiro,
el aleteo.

... AMAR

Te observo en silencio,
callada,
trazando un sueño azul,
encandilada.

Soñar.
Soñar que amar era un sueño dormido,
soñar.

Un sueño,
un roce,
un gesto,
un derroche.

Me asomo al precipicio y
no sé volar.

Soñar.
Soñar que amar era un sueño dormido,
soñar.

ESTHER FERRER MOLINERO

LAS DOS MARÍAS

¡Buenos días, queridos turistas!
Somos Maruxa y Coralia,
dos hermanas, dos artistas,
dos mujeres con mucha labia.
A las dos nos gustaba bordar,
cosíamos a la par.
Éramos bordadoras
y bordábamos a todas horas.
Con cuidado y con esmero,
zurcíamos un traje o un bolero.

Ahora, os lo contamos,
si queréis, acompañadnos.

A las dos en punto,
con lluvia y buen rumbo,
iniciábamos nuestro paseo.
¡Sin rodeos, un garbeo!
Partíamos desde esta encrucijada
e íbamos a nuestra dulce morada.
No sin antes recorrer,
el camino que vais a ver.
Porque somos santiaguesas,
burguesas y muy traviesas.
Tenemos alma grande,
aunque os parezca un alarde…

ESTHER FERRER MOLINERO

ALTAMIRA

Añoro tus palabras,
escucho tus silencios vagos.
Sumerjo mis aciertos, varios.
Aplaco mi sed, titubeante,
en la fuente de la plata, llaga.
La vida no huye, espanta.

Alentada, dulce mariposa,
remontas tu aleteo, nunca posas.
Odias el color del dolor que brota,
sin letra rota.

Sufro de locura iluminada,
sombras del espejo y de la nada.
Y, en la frente clara,
el agua diluye la alborada.
Sufro triste, deslavazo,
ahogada en el mar de los abrazos,
sensible, irascible,
olvidé el futuro
encarnando en invisibles.
Engendré mi manto prematuro.
Adoro mis poemas, mis flores,
mi muro.

Tú, miras altas, miras cielos,
miras vientos, miras hielos.
Tú, miras lienzos
de palabras…
Tú, miras vientos
tú, miras algas.
Yo… vidas,
tú, miras.

ESTHER FERRER MOLINERO

LOS CAMINOS LLEVAN A NINGUNA PARTE

Los caminos quiebran sus espacios infinitos,
se estancan si retuercen su dolor.
Los senderos se conducen a la grava,
los viajeros surcan sin razón.
Abismos inconexos, crucigramas,
mapas inversos, incomprensión.
Los caminos celestes son lava,
todos los caminos, redención.

Nada, lava.
Lava candente,
a borbotones,
nada y tropezones.
Un punto, la vida,
la nada y el hoy.
Un punto, la línea,
La vida y el voy.

Espacio indiviso, dirección.
¡Despacio, es grito interior!
Espacio de suelo enlosado,
regazo, nicho sin pretensión.
¡Asfalto, abrasas mis pies!
Suelas de neón.
Caminos agrestes,
rítmos pedestres.
Vivos arciprestes

( ) y aletargados adoquines.
Desfiladeros encajonados
en senderos tortuosos.
¡Todo se pierde en la arena del coso!


Nada, lava.
Lava candente,
a borbotones,
nada y tropezones.
Un punto, la vida,
la gana y el voy.
Un punto, la línea,
la lava y el hoy.
Los caminos celestes son lava,
algunos, inflexión.

ESTHER FERRER MOLINERO



Foto: JULIÁN BRAVO JASO.
Poema por encargo para la foto titulada "Todos los caminos conducen a ningures"

AL LADRÓN CAMP EADOR

Nadie es lo que parece,
El mundo gira al revés.
Ilustrados e iletrados,
en robos estáis igualados.

Si exiges juicio, eres digno
y aduces sensatez,
¡Qué menos, honradez!

Alertados, camaleas,
burladores de trompetas.
Huiréis por los vejados,
funambulistas de tejados.
Asumiréis los ardides,
parlanchines alevines.

¡Alertados albaceas,
esconded los favores,
Aliviad vuestras penas!

Arpías se despellejan
y enigmas, se despejan.

Si exiges juicio, eres digno
y aduces sensatez,
¡Qué menos, honradez!

¡Odio la envidia del que mira!
¡Vira!
¡Odio la insidia del que engaña!
¡Cambia!
Odio la burla,
odio el desdén
y odio la desgana.

CORO

Soy tan lacio que no tengo hada.
soy tan loco,
soy tan poco.
Soy tan zafio que me dejé robar,
engañar y matar.
soy tan loco,
soy tan poco.
¡Soy Idiocio!

(Dedicado a ese político-presidente que nunca debió ser elegido)

ESTHER FERRER MOLINERO

DEDOS FLOTANTES

Me rozan tus manos
de dedos flotantes.
Suaves y sedosas,
danzan sinuosas.
Perfilan los instantes,
vuelan arrogantes
dedos aéreos, alados,
sensuales, callados.

Acaricias mi boca,
funambulista de equilibrios.
Sin aliento, desfallezco.
Declino,
diminuta,
disoluta.

Si me tocas,
desvanezco.
Anhelo tus besos,
deliro,
al rozar tu cuerpo.
Si me rozas,
me evaporo.

ESTHER FERRER MOLINERO

A SANGRE FRÍA

Después de asesinar
a sangre fría,
Perversidad,
copuló con la náusea.
La angustia,
respiraba aún.
Palpitaba,
su dolor en carne viva.

Debilidad
e irrealidad,
abrazaron al pánico.

Ella se había suicidado,
abierta en canal y
en máxima audiencia.



ESTHER FERRER MOLINERO

CANDILEJAS

Una música triste que puede llegar a ser alegre... Candilejas...

OLEADA

Supongo que vosotras,
tripas destripadas,
ignoráis.
Supongo que ociosas,
adolescentes musas,
divagáis.
¡Sí, lo explico a gritos,
con voz descarnada,
entrañas extrañadas!

Advierto que yo,
corazón insolente,
exudo tintas grana.
Despertar de un sueño,
siendo necesidad,
me desgarra.
¡Callaos, extrañas entrañas!

Surges tú, indolente,
ausente conocido,
¡No sientes nada,
e intento hablar contigo!
Lo sé, parezco indiferente,
me juzgo hasta demente.

Y siempre, observándote
y tú, viras en otra dirección,
giras en otra posición.
Y yo, corazón doliente,
suspiro tinta escarcha.

Quizá, no irrumpes tú,

obviándome,
ausente desconocido,
¡No sientes nada,
ni intentas charlar conmigo!
Viras en otra dirección,
giras en otra posición,
bailas y hablas con otras,
¡Tú, me ignoras!

ESTHER FERRER MOLINERO