Porque derramo la cordura que engendro
y el corazón tiembla alocado.
¡Quién pudiera deslizarse
en sus adentros!
¡Quién prolongarse
en su medida!
¡Quién sopesar la herida
en la dimensión justa!
Porque la espesura de su cráneo
se hace intransitable
y trágica la visión conjunta.
Porque, infiltrada, se_ cuela secuela
un poso amargo y desdichado.
Porque la vista cansada
se torna ceguera en voluntad necrosa.
Porque el remanso fluido me derrota
y entre sombreros de copa,
danza un corazón rampante.
Porque me adormezco a la sombra
y me enferma la humedad viscosa.
Porque añoro un tiempo
que atesoré en un legajo.
Porque se pudren
sus poemas gajos.
Porque aguardo.
[En tu biblioteca,
de autores estatuas,
repiensas en nada.]
Sencillamente maravilloso. Un canto poético directo al corazón (miguel rios en granada). muchisima carga de luz y flores rojas. Un hermoso canto de sueños reales.
ResponderEliminar- Enrique -
Gracias, Enrique!
ResponderEliminarEspero disfrutar de toda esa luz.
Besos.