21/5/11

SOLA





Creí que la soledad era un día.
Un día intransitable, un día suspenso
en gris tenue, un día incierto
frío y desalmado.
Creí fallecer en mi invierno escarchado.





Ajada y caduca en el hielo interior,
ningún desgarro merece la muerte.
Aletargada por el rastro sanguinolento
de mis ojos inyectados, huyes furtivo.
Tic tac de vida.





Corazón roto. Impar rojo a la deriva.
Destrozo del acorazado lancero,
despojo de la sinrazón.
Descendí al infierno de la soledad
y hallé el escalofrío. Existe.





Sabía que la angustia era certera,
rocé la quimera de la irrealidad.
El temblor persiste entre tinieblas.
Soñé tu ausencia en el desierto sombrío
de la inanición. Advertí el hueco del abismo
y me precipité hacia el olvido de tí.





Burlé al sueño, ahogué la angustia
en la laguna de la soledad, me contemplé moribunda
en el último hálito. Expiré.
En mis reflejos comprendí la verdad,
vivo fusa de espejismos.
Burlé al sueño para despertar.



ESTHER FERRER MOLINERO

17/5/11

LEVIATÁN, EL MENTIROSO (LA SOBERBIA)




Malo si encenaga el que por la vida vaga
¡Burdo lobo, Leviatán!
Parco el recorrido de la fama si te halaga
¡Lanza-piedras, aullará!
Mentiras quebradas sin continuidad
y un escrutador demente.

Hidras mentas de cabezas sanas.
David, el aprendiz, tira y dá.
¿Miente? ¡Quién sabrá!
Sombrío el desierto de arena movediza
que cruza la diosa justicia.
Razzias indolentes, maltratadores de mentes
y otro cazador más.
Insurgentes, agotados clementes,
un brujo y más gentuzo.

Breve la cárcel de la estulticia, patitas cortas
cuando aborta la verdad.
¡Escinde la derrota, que la dicha brota!
Dudas como lanzas, dagas del mentiroso,
Protágoras de lo falaz.
Perfidia se desgrana si hay infamia.
La senda de la astucia sorprende con argucia
por zafarse, por blindarse
en el filo espejo de la soberbia.

La pálida fusa canta, digna lira ensalza.
Llama, inflama. Sonámbula eterna
brilla en la oscuridad.
Nívea musa enferma.
Sollozando en el desierto del reloj de arena
se escucha gemir a la plañidera.
Acorazado lancero, ballestero invisible del impar rojo,
vivo destrozo, ¡Leviatán!




ESTHER FERRER MOLINERO

14/5/11

JUICIOS VACUOS








La cabeza vuela, el corazón escarcha.
La paciencia espera, la razón guarda.
Sanguinas líneas, tintas vespertinas
se engendran vivas en las estancias.

Tras el juicio caen las falsas caretas
de las tiesas e indignas marionetas.
Deambulan prisas, cantan las risas,
bullen brisas de infancias sin audacias.

¡Corazón corre, triste y desahuciado;
cobre agasajado, corazón corre!
Rotura sin remiendo, trapo sucio
que enmienda el vicio sin prejuicio.

Anuncio el artificio de los que vendrán,
añoro el hueco oculto del hogar. ¡Morirán!
Nota vertida del impar rojo, bronco enojo,
corazón flojo, despojo, esbozo del delirio.

Bailo en el precipicio del fondo macabro.
Mi sangre hiela de inanición. Descalabro.
Conozco el color de la desolación. Me anulo.
Asfixio el sudor de la insistencia. Conjuro.

La vida, hueco dual ingeniado y sin futuro;
la muerte, nicho fatal heredado y prematuro.
Me fumo el humo blindado hecho a medida,
Me esfumo porque es tragedia vivir sin vida.




ESTHER FERRER MOLINERO


13/5/11

LETRAS DE BABEL










Me daño porque edificas mi cárcel de Babel.
Me engaño cuando escribo en vidas de papel.
Silabo silbidos, sigiloso lapso.


Te miro tupido, silenciado, aletargado, ralo.
Te admiro y me ignoras. ¡Estúpido enfado!
Silabo silbidos, sigiloso lapso.

Escucho el sonido, grita descarnado.
Se resiste en las entrañas, rugido vago.
Silabo silbidos, sigiloso lapso.


Extingue en silencio, siento su agonía,
susurra insistente, como una letanía.
Silabo silbidos, sigiloso lapso.

Te añoro, te ignoro; te borro, te lloro.
Los tic-tac de Cronos han de perecer.
Silabo silbidos, sigiloso lapso.


Te ahogo entre mis manos, extenuada,
hasta fenecer. Ya no escucho nada. Nada.
Silabo silbidos, sigiloso lapso.



ESTHER FERRER MOLINERO

7/5/11

MALEZA












En este hervidero infernal

los inciensos adormecen.

La selva del pensamiento tupido, es densa.

La sentencia, machete sutil de juicios vagos.




Sus visiones son posters programados

en la ciudad de las moscas.

Ojos cosidos con pestañas dobles

se adhieren a las paredes mohosas.




Hombres en sus celdas aprisionados

se pegan contra los muros.

Restos del descalabro, verjas altivas.

Novias suicidas, vestidas de luto.




Esther Ferrer Molinero.