6/3/14

SILENCIO ODISEA














Silencio.

Poco a poco, entre violines,
se alineaban astros conocidos y desconocidos.

El día danzaba resplandeciente,
entre el soplo de una tibia brisa solar.
La sinfonía inacabada acariciaba, melancólica,
el sueño recordado.
El astro rey, expectante,
lo observaba todo a años luz de la galaxia.

Silencio.

Suena un vals azulado
para ordenar el universo -desbocado-
en una sinfonía de planetas díscolos.

Alexia,
abandonaba la ciudad de los limpia_cielos
para viajar en su universo_ di _verso.

Desde la escotilla
observaba la danza
de estrellas que afinaban.

[Circundaba,
en su melodía, el pensamiento de una musa imperceptible…]


A la izquierda,
una tríada asomaba en la constelación de Hydras.
Todas movían sus cabecitas pensantes de manera acompasada, todas.
De ellas provenía una música maravillosa que lo inundaba todo.
Un universo hecho a la medida de la razón.
Se intuían sus ideas hidratadas y las buenas vibraciones.

Todas giraban alineando disfonías
y los planetas acompañantes, se ensamblaban sin estridencias.
Un collar de luceros_blues
danzaban en la laguna sideral.

En el centro, las enanas gigantes lo iluminaban todo.

A la derecha, un vaivén orquestado de cuerdas y teclas.
Todas con longitud de onda marcada, todas.
Todas dirigidas por la brisa solar.

Silencio...

  
NÉMESIS
[Instante certero, luz mortecina.

Imagen desvanecida_cegadora
e incomprensible sublunar, aflora.
Enrredadera en sala de espera,
tras la ventana partida,...
herida, la herida.

Rezuma sueño dormido.

Aurora.

Quizás, aguarda suspendida.
Reminiscencia de la idea.
Esfumato.]

Silencio...

Bajo mantos ocres
acres de tierra especiada.
A los cuatro vientos,
sus llantos, soplaban.
En la sabana africana
flota tu pelo enredado.
Arpa clara que peina la luna.
Canela_lluvia, mojada de atardecer.
Tormenta en ciernes,
triste cielo incendiado,
amanecer, sueño_rojo, sueño_soñado.

[ROSAS Y CLAROS]


Pandora nunca me visitó; Leviatán, LaBestia, tampoco.
No desaté tempestades ni creé la tormenta perfecta.
Las Moiras no cortaron con hilo eléctrico una suerte fatal fulminante.
Los malditos no acudieron a mi tumba en primavera
y nadie envió flores mustias ni tarjetas con vitolas negras.

Nadie era nadie y yo tampoco era Ella.
No era yo, no era nunca yo la que diseccionaba, a machete vil,
los universos de hileras torcidas y de estacas quebradas.
No era yo la musa de Bill ni de sus secuaces.
No era yo la que danzaba en barras y bares.

Mi sombra era limpia y desplazada.

Ni siquiera el humo incienso de pensamientos negros
se teñía de fumata blanca.

Nadie era nadie y yo tampoco era Ella.
Nadie miraba con aumentos pertinentes, Nadie.
Zaratustra no susurraba bajito en mi reflejo.
No pisé la hierba fresca con zapatos herméticos y afilados,
no rasgué las hojas de ningún diario.

Nadie era nadie y yo tampoco era Ella
aunque quisiera.

  Silencio...


Todo gira

de nuevo.

ESTHER FERRER MOLINERO

No hay comentarios:

Publicar un comentario

GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!