8/5/16

MUSAS


La musa
alisa el pelo suave,
se derrama en sudarios.
Cobijo sublime
y silencioso,
paños cálidos
que la tormenta empapa.
Los dedos se enredan
entre arpegios y cordones,
tejen trenzas yuxtapuestas.
Claves redondas ensimismadas.
Arpas de cuerdas densas
que se deslizan
por la espalda.
Onírico pensamiento,
formas dulces.



En el pecho,
una letra tatuada se desmorona
ajada de implorar
el líquido alimento:
ambrosía.
Cansada de sentir.
En el verso puntiagudo
la luz,
el paisaje
y el viaje intermitente.


Suenan melodías incompletas.
resquicios del frágil despertar.

Nace la poesía
y olvida su música.


Esther Ferrer Molinero

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GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!