13/11/11

ALUMBRAMIENTO




Son las dos cuarenta de un día inexistente.
Quizá, nunca salga de mi bolsa, soy clarofóbica.
Siempre la fobia y la luz. Siempre.
La del antes, la del ayer, la de los inicios.
Las perversiones del tiempo, el viento
y su expediente de regulación.

Me duele, me duele tanto, que no lo siento.
¡No quiero salir, madre! ¡No quiero!
El viento me roba los versos, son míos
y no eres tú, manecilla del reloj. ¡Olvídame!
He envejecido cien años, me conservo confitada.
No he nacido, aún.
Soy salvaje, soy la del sueño, quisiera nacer.
El hada Mermelada espera el llanto.

¿Mamá, dónde estás? Ya no noto tu cálido abrazo.
Tu voz, madre, siempre me calma, tu voz es mi cordón.
¿Madre, dónde estás que no te siento?
¡Madre, te quiero! ¡Te quiero...! ¡Madreee...!
Ayer, tiritaba de frío pensando que el mundo era un infierno.
Hoy, exudo.

Mi llanto comienza.
Es un gemido silencioso,
nunca llega la respiración.
Nunca llega.
Aguardo.
Silencio.

(Pienso)

Abro los ojos, poco a poco.
Pienso en las fresas salvajes del sueño.
Sueño en mi duermevela.
Hoy, he abortado mi salida.
No, quiero morir. No hay salida.

¿Mamá, dónde estás? ¡Te añoro, madre!
¡Madreee...!
Los frutos rojos,
se han desangrado en mi boca.
Dos opciones, un camino.
Mi destino.
Nacer, morir...
El sueño, otra vez.
Soñar...








ESTHER FERRER MOLINERO

1 comentario:

GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!