
Creo reconocerme caminando hacia mi destierro...
soy aire y no puedo respirar.
Inhalo entre los muertos un aroma a flores rancias,
aguardo a los yacentes,
escucho ecos que susurran silencios vacíos.
Lloro sangre derramada por los sufrientes infieles.
Los abandono al expirar y me desangro. Agonizante.
Muero muriendo, y no muero porque el dolor llaga.
Ningún desgarro merece la muerte.
Dormid y despertad sin alma para no sentir.
¿Sientes? a borbotones huidiza.
¡Escúchame! te hablo desde las entrañas.
Tu aliento se evapora,
fluye por el desfiladero, encajonado, y se pierde...
aniquilado, soplando el polvo,
se desvanece en las arenas del olvido.
¿Sufres perdida en el desierto del sueño?
Inalcanzable y espeso infierno el de esta duermevela.
¿Por qué nunca retornaste? Sólo yo soñaba en un sueño roto.
Te ahogas y tragas la polvareda que levantas.
Insoportable, me falta el soplo.
¿Acaso no puedes chillar?
Grito en silencio desde mis cenizas movedizas.
Esther Ferrer Molinero
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GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!