20/9/09

DEVORANDO A SUS HIJOS ( Monstruos)


Sólo una mente aterrada y perturbada había sido capaz de crear al monstruo. La criatura, fruto de un instante lúcido, yacía agonizante presa de su creador. La bestia, en su lucha, se retorcía encolerizada e indómita, retenida por la angustia de una existencia no deseada. Incomprendido en su aberración, el Dios, se enorgullecía de su obra increpándola, consciente de haber alcanzado el culmen de su genialidad imperfecta. Esta vez, su creación, lo desbordaba evolucionando anárquica como una prolongación de su limitado universo.

Poco a poco, la negritud de la noche impenetrable y seductora, se cernía sobre el genio y su deformidad. La criatura, al borde del abismo, se debatía entre el mundo y el caos. El monstruo medraba, se multiplicaba, superando al dios cuya demencia decrépita y degenerada, se desvanecía en el ocaso. Los fogonazos de vivencias no recordadas, anunciaban luces y sombras en un mundo invadido de oscuridad y confusión.

¿Acaso los monstruos no buscan en su desesperación la libertad que los hace dueños de sus sueños? La sensibilidad, imperceptible para la evidencia, los condena al aislamiento y a la soledad.


Esther Ferrer Molinero

(28/9/2000)

1 comentario:

  1. Y esa mente perversa, ¿era de un hombre o una mujer?

    Y sus monstruos, ¿eran de odio o de amor?

    SPNB

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GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!