Una bola de cristal
rueda, rueda.
Rueda,
en su corredor infinito.
Se despliega,
rueda,
hasta descomponerse
en burbujas cerebrales.
Alquimias espumosas,
añicos metales
y afrodisíacas bolas,
estallan.
No miran mis ojos
que se hunden.
Crecen lagunas rebosantes.
Todas las aguas se recrean
en su piel sepulcral.
que desarma.
El río se torna infierno
en el estómago maldito
y desbocado.
Me deja sin aliento.
Y siento.
Siento
y me acurruco en mí.
Me giro hacia Él
y él, abandona.
No puedo gritar,
quizás,
me rompa.
ESTHER FERRER MOLINERO
Que gótica! Desde la bola que rueda y rueda en su laberintos infinito. La última estrofa, desde Siento, me la imagino como una escena de cine mudo, parpadeando en b&n, una de aquellas terribles vampiresas de los años veinte,Theda Bara por ejemplo, acorralada.
ResponderEliminarAmigo, Jaso: ¿eres tú?
ResponderEliminarDe gótica nada, en B&N puede que sí, por no decir a cuadros ;)
En fín, son sensaciones...sanguino-lentas.
Y lo de vampiresa emocional me encanta, inquietante Theda Bara!!