9/10/12

POHEMIA



Una bola de cristal
rueda, rueda.
Rueda,
en su corredor infinito.

Se despliega,
rueda,  
hasta descomponerse
en burbujas cerebrales.
Alquimias espumosas,
añicos metales
y  afrodisíacas bolas,
estallan.
No miran mis ojos
que se hunden.
Crecen  lagunas rebosantes.
Todas las aguas se recrean
en su piel sepulcral. 

Y siento el golpe frío
que desarma.
El río se torna infierno
en el estómago maldito
y desbocado.
Me deja sin aliento.
Y siento.
Siento
y me acurruco en mí.
Me giro hacia Él
y él, abandona.
No puedo gritar,
quizás,
me rompa.

ESTHER FERRER MOLINERO

2 comentarios:

  1. Que gótica! Desde la bola que rueda y rueda en su laberintos infinito. La última estrofa, desde Siento, me la imagino como una escena de cine mudo, parpadeando en b&n, una de aquellas terribles vampiresas de los años veinte,Theda Bara por ejemplo, acorralada.

    ResponderEliminar
  2. Amigo, Jaso: ¿eres tú?

    De gótica nada, en B&N puede que sí, por no decir a cuadros ;)
    En fín, son sensaciones...sanguino-lentas.
    Y lo de vampiresa emocional me encanta, inquietante Theda Bara!!

    ResponderEliminar

GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!