ABISMOS

Y no quiero romperme
como la boca que roza
el abismo incomprendido.
No creo degradar
la oquedad de la ausencia
estallando en el acantilado
de tu risa,
entre regazos,
de brisa blanquecina.
Porque recojo pedazos
heridos e inhumanos
del maltrato secular
y no sé componer
la melodía de tus odios
ni extrañar tu rechazo
ni tus trozos.
Y aguardo a que el río
se congele
para cruzar la Sabana maldecida
y no escuchar
el rugido atropellado
de bisontes y lavas
levantando polvaredas
en tormentas movedizas.
Porque no puedo encajar
los espacios de otros.
Porque nadie espera mi semblante
porque no pertenezco al dolor
ni a nadie.
Porque camino errante
y sólo lamento la crueldad
que atesoras
cuando el rencor me ignora.



ESTHER FERRER MOLINERO