28/11/15

DUERMEVELA



Ya no puedo llorar,
todos los sonidos mágicos
se apagaron.
Cierro los ojos.
Escucho la melodía de un eco
que se rebaja en una noche
profunda, inexistente.
Esa que nunca pasa.
El recuerdo, un suceso futurible,
se muestra en resplandor claro,
ciega.
Me acurruco
y mis miedos parecen montañas.
Pesan mucho más y me aplastan.
Un grito me asusta y desplaza.
Se escucha sin nitidez, borroso.
Hay una voz desenfocada
en la imagen turbia.
Pienso en hacerme evidente
y no paro de pronunciar quejas
en un contestador.
En el viaje...
hacia ninguna parte,
un humano recibe mis quejas.
Nadie comprende
y hablo sin parar.
Alguien desenfunda mi paciencia
la encuentra amoratada
por los golpes
y los estragos.
El reflejo llama al impar,
gotea.
Soy un punto en el charco.
La almohada
no quiere escuchar
y amortigua el rostro.
No puedo respirar.
Me ahogo.
Suena el despertador.
Rojo
rojo
rojo...

Cuando pienso en el tiempo perdido
todo transcurre al ralentí
y un poco difuminado,
como la madrugada
y la noche que no llega.
Se enlazan imágenes
y la memoria avejentada
ya no dirige palabra.
Todo es ausencia.
Tengo frío y estoy sola.
No sé en qué momento
me duermo.
Vuelvo a dormir
otra vez.

*MUJER: La vida no es un relato de ficción, si te maltratan, denuncia.

Esther Ferrer Molinero

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GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
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