8/12/09

EL REINO DE LA LUZ


Érase una vez... hace millones de años, en una tierra muy lejana más allá del abismo de la incertidumbre, un lugar que había permanecido al margen de toda civilización, inaccesible, enigmático pero a la vez seductor.


El viento gruñía en aquel tiempo con fiereza y se escuchaba su lamento al fondo del cerro, en el cañón. Una ráfaga arrastraba el polvo del desierto situado en los confines del reino de Hades, al otro lado de la vida. El territorio elegido para soñar era un paraje recóndito apartado de la mano de los dioses, sólo se podía avistar desde una perspectiva muy elevada de la región cerebral (montes muy escarpados), ya que sus valles encajonados no permitían vislumbrar sus espectaculares luminarias sin poseer 'el ojo de la luz' (amuleto mágico de color ámbar).

Los habitantes autóctonos de esta tierra denominados 'Etéreos' se caracterizaban por poseer una mente abierta de actitud independiente y grandes ideales. Estos individuos de gran capacidad no destacaban especialmente, ya que no habían encontrado su lugar en el mundo. Habían sido iluminados por el conocimiento alquimista, siendo su principal preocupación la búsqueda de la felicidad para toda la comunidad; así vivían anclados en un ideal inalcanzable, peleando hasta la extenuación por hallar la verdad, su mayor descalabro y contrariedad. Los Etéreos buscaban una única finalidad consistente en lograr la claridad de ideas en un mundo de ofuscados serviles. Los caballeros Etéreos libraban su particular enfrentamiento con los paladines de las sombras, temidos adversarios conocidos bajo el nombre de 'Usurpadores de energía'. Estos seres mucho más complejos, enrevesados y malignos se autoabastecían unos a otros siguiendo una jerarquía de dominio, eran claramente la especie a extinguir por pertenecer a una estirpe de la peor calaña. (Apodados 'ladrones de luces'.)


Cuenta un oráculo de pitonisas viperinas y deslenguadas, que se había producido en aquel tiempo una convención de Desdobladores de mentes, en la que se había acordado una alianza como única salida para la liberación de los oprimidos Etéreos. Los Desdobladores de mentes eran los sabios del lugar, guardaban en su memoria varias vidas, atesoraban la historia transmitida por los ancestros y la esperanza de nuevas generaciones, por ello, eran el último reducto de la energía de la que antaño se había disfrutado y se erigían como el germen de una posible sublevación de la luz.


Se aproximaba el tiempo de la alianza entre Etéreos y Desdobladores de mentes y sólo podían conseguirlo utilizando la magia como hilo conductor traspasando la barrera entre lo real y lo ficticio. Tan sólo unos pocos, los Elegidos, llegarían al conocimiento pleno y verdadero. Estos iniciados tenían la capacidad de hacerse invisibles y, de este modo, conseguir viajar hasta el Olimpo de los dioses para contactar con una hada en ciernes llamada, Lucinda. La joven hada era portadora del enigma de la Esfinge del ojo de la luz, manteniendo en su poder la bola brillante con la que poder vencer a los Usurpadores de energía...



Esther Ferrer Molinero



3 comentarios:

GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!