SOY INDIGENISTA

Y amó la espiga floreciente
del hueco invertebrado
de su sien.
Porque en la siembra
de su frente,
nacían cálamo y escarcha
al aplacar la ira
del fuego adormecido.

Porque era pueblo
enamorado
del mantra sensorial.
Del tomo en piel curtida,
de atrapar el alma
e invocar espíritus de tierra
para comer en brasas lentas
los prejuicios del igual.

Porque soltó
las plumas del cabello
como el indígena que lucha.
Porque clama
en la arcilla roja
y derriba una muralla.
Porque llena de vivencias
y despojos
su vista acantilada
de abismos y dolor.

Porque luchó
insurgente aderezado.
Porque perdona siempre
hasta que lo ultrajan.

Porque lo degradaron,
por eso comparte
la marcha del indefenso.
Porque lo insultaron,
por eso su llanto
es de sangre y piel tostada
herida por las sogas.
Porque siente y padece
como el pueblo
al que quiere.
Porque escuchó
ancestrales pensamientos
que habitaron
comunidades hondas.
Porque se sintió herido,
asediado, maltratado
y malinterpretado.
Porque quiso vivir
en paz.

¡Por eso
y por la libertad!


ESTHER FERRER MOLINERO