Ella se despertó sollozando en un día agónico. Aquella mujer había sido asediada y espiada por seres nauseabundos que se ocultaban en las sombras de las redes, ratas con nombres falsos. Esos seres de oscuras intenciomes eran repugnantes y curiosamente cobardes, seres que la acosaban para chuparle la sangre.
Entre todos la enterraron viva.
Ella se fue. Nadie más podrá aprovecharse de ella.
Esther Ferrer Molinero
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GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!