SIN RABIA

No puedo más,
siento que Alguien perfora
para devorar entrañas.
¡No urgues en la herida
del dolor ajeno, no lo hagas!
No trastoques mi mirada.
Ya no es sutil
empieza a ser grosera.
¿He ofendido?
Siento haber imaginado
la desgracia inexistente
de ser humana y tener discurso.
Siento haber querido
unirme a la tierra,
integrarme.
Siento haber intentado
formar parte de esto.
Fusionar algo negado.
Mi vida.
Mi poema.
Mi existencia.
Soy ignorante con agravantes.
No entiendo la omisión del conflicto.
Quiero borrarme de mi existencia
y dejar un charco marchito.
Cerca surge un espacio,
un lugar para el chapoteo
de la risa ingrata.
Sin salpicar.
Sin mojar demasiado.
Lo justo.
Un charco profundo
en el que sumergirse
y parecer ilesa.
Uno que recomponga la vida,
uno que necesite
uno que quiera.


No lo soporto más.
No entiendes nada.
No comprendo las razones
ni los daños dirigidos.
No sé de qué va la rabia.
Nunca lo supe.
*Todo es invención.


Esther Ferrer Molinero