2/2/09

COMO EN EL CAMAROTE DE LOS HERMANOS MARX (columna publicada en prensa)


El derecho de acceder a una vivienda digna es una de las grandes concesiones que el gigante de la opulencia, el capitalismo atroz, ha proporcionado a las sociedades modernas.
(Suena un acorde disonante que chirría en mis oídos.)
La dificultad para adquirir una morada habitable, (que se lo digan a nuestros antepasados prehistóricos), existe desde la aparición de los primeros restos arqueológicos, llamados 'lugares de habitación'. Hoy en día la complicación es doble. Es inherente a la razón de ser de la especulación inmobiliaria. Una planificación urbanística de abusivos intereses que difieren totalmente de los derechos de un desprotegido ciudadano. Propongamos, pues, la vuelta a las cuevas de Abrigo, aunque no todos estemos dispuestos a ceñirnos un escueto taparrabos.
(Se escuchan insistentes tambores de guerra.)
La compra de inmuebles es una utopía propia de contorsionistas pecuniarios e hipotecas centenarias. Son necesarias varias reencarnaciones o alcanzar la fuente de la eterna juventud, la Sangri-La prometida, para hacer frente a tanto dispendio. El espacio y el tiempo se han plegado; así sucede en las grandes conurbaciones orientales.
(Suena el tintineo de una caja de música olvidada en el recuerdo.)
El metro estricto se oferta a cantidades astronómicas. ¿Quién da más? Se ha iniciado una subasta y se ofrece al mejor postor. Dimensiones irrisorias que no alcanzan los 30 metros cuadrados, son más propias del país de Liliput.
(Un mazazo golpea tus sueños machacándolos.)
El comprador indolente se recompone y se adecua al perfil que proyecta un robot de cocina multifuncional. Son los saldos de una oferta "todo en uno", una sola estancia en la que se integran las demás. Se abre así, un océano de posibilidades en el baño. El W.C. es un cómodo sillón de hidromasaje con chorrillo incluido y un soplo de esencia primaveral. La habitación tiene su intríngulis si se consigue encontrar la cama que sale del armario. (Se ofrece la posibilidad de una gran salida,"del armario".) Uno se convierte en un agente especial 007, o en un accidentado huésped del camarote de los Hermanos Marx.
Como diría Groucho "pasen, cierren la puerta y háganse un sitio, si pueden y si le dejan".
(Acordes acordados cuelgan las notas definitivas.)
Esther Ferrer Molinero

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GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!