2/2/09

¿PONEMOS LA MESA... ELECTORAL? (columna publicada)


¿Nunca se han preguntado en que se parece el ‘almendro’ a las elecciones?
Pues, sin lugar a fraudes, ni a pucherazos calientes, encontramos algunas similitudes:
En primer lugar, las que existen entre la dureza de la tableta del turrón y los tropezones rigurosos del accidentado viaje de algunas papeletas. En segundo, el paralelismo utópico que se establece entre las promesas publicitarias y los frutos secos de los resultados. Y, por último, la evidencia de que en elecciones todo el mundo regresa a casa… para votar, algunos más de la cuenta, por pelotas.
¡Ring… Ring… suena el timbre!... abres y una mano te estampa en la frente una carta como un sello. Se trata de una carta certificada del ayuntamiento ( piensas... ¡Los puntos!) pero no esos que te pusieron en la frente por patosa, sino, aquellos que forman parte del universo del ‘pequeño turismo’, vamos los que te movilizan. Lees detenidamente unas letras bailonas y observas ¡oh, sorpresa! que no te ha tocado una batería de cocina, aunque tus ojos son como platos. Te han seleccionado para sentarte en una mesa, sin mantel, sin comida pero con dietas. ¡Qué alegría, eres vocal en una mesa electoral! Como siempre tienes mucho que decir, sale de tu boca algún improperio (...) Más tarde, compruebas que tu hermano es tu suplente. ¡Qué suerte la suya! ni siquiera hará acto de presencia. Recapacitas y... piensas en la responsabilidad de cumplir con tus deberes de ciudadana y en el valor de la democracia pero no en América, sino en Compostela. ¡Si Tocqueville levantase la cabeza!
Hay una mesa puesta para ti en algún colegio electoral. Es la vuelta a las aulas, rodeada de papeles, de cabinas de cortinilla, en las que López Vázquez eliminaría sus fobias. Es el día de interventores custodios que no intervienen casi nada.
Una jornada laboral en domingo ocioso. Hagamos quinielas de participación. Si hace sol, el grueso del pelotón se reservará para el cierre y si llueve, tendremos un goteo intermitente.
¡Hagan sus apuestas queridos electores, juguemos al juego de sentar al candidato en el sillón más cómodo del salón regio! Los menos votados se quedan sin él porque no hay mayoría, pero no se preocupen, en este juego todos ganan... nadie pierde. Siempre podemos pensar que… ¡De ilusión también se vive!
Esther Ferrer Molinero.

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GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!