23/2/09

IMAGINARIUM KLAUS Nº 4 (Novela por entregas)


Klaus abandonó la sala murmurando, necesitaba contactar con su interior pero éste había descendido a los infiernos sin posibilidad de respuesta. Se escabulló por la puerta de atrás sorteando, ahora sí, a la prensa y a los que creían ser portadores de la verdad, un artificio, utilizado como arma ideológica. Mientras descendía por las escaleras recordó la imagen de Marlene y sintió su dolor.
En la entrada una mujer de aspecto decadente se presentó ante él con la pretensión de certificar aquella situación insólita, ella cogió sus manos prometiéndole ayuda para demostrar su inocencia. Klaus le preguntó:
-¿Cuál es tu nombre? ¿Cómo puedo contactar contigo?- La mujer respondió sin vacilar.
-Soy la verdad, yo te encontraré a ti- y ésta fue la primera vez que miró sus ojos.
Salió a la calle para observar como el sol calentaba su enfado y tras unos cuantos pasos comprobó, extrañado, que su sombra era inexistente. Al doblar la esquina y secar sus goteras más profundas se topó con Alejandro, seamos precisos, con el humo de su cigarro habano, una cortina que nublaba sus divagaciones a pesar de su consistencia.
-Hombre Alex, tus pensamientos te preceden. ¿A quién has manipulado para conseguir que me carguen el muerto? La justicia cada día funciona peor, últimamente está más ciega que de costumbre…– incitando al secretario del juzgado, amigo con el que salía de vinos por el Franco, buen conversador y muy crítico con la política local.
-No hay ningún muerto… y, por lo tanto, no existen indicios o pruebas incriminatorias… pero por motivos de ética personal y profesional no sé, ni quiero saber nada de este asunto y déjate ya de pensar que tú tienes la culpa de todos los males del mundo, klaus, que nos conocemos. – desentendiéndose del problema y de su amigo.
-Si no supiese que esto es solo una novela creería que me estoy volviendo loco y esto no es un juego de mesa o por lo menos a mí nadie me ha enseñado las reglas. Es sólo que tengo la autoestima baja. ¿Cómo puedo estar yo implicado en la muerte de mi hermano? Estoy destrozado… este argumento se cae por su propio peso. ¿No crees que esta trama está perdiendo el hilo?– Pregunta Klaus, arremolinándose en contra de su propia ficción.
-Puedes rebelarse siempre en contra de lo que está escrito, nuestro destino lo hacemos nosotros mismos, no somos sólo personajes de nuestra vida… tu coartada es tu integridad. - aconseja Alex cortando los hilos de un tejemaneje imaginario y dejándolo en suspensión por unos segundos.
-Estás equivocado, soy un personaje cuando estoy en esta novela, pero yo tengo mi vada personal cuando salgo de trabajar en esta novela. No puedo saltar de una ficción a otra a pesar de mi carácter ciclónico irreversible– asegura Klaus enojado.
-En algo estoy de acuerdo contigo, tenemos bastante libertad de movimientos… ¿cómo podríamos mencionar esto siquiera?- añade Alex.
-Acabo de intuir la respuesta, querido amigo, estamos encontrando nuestro lugar en la trama, seguramente, también esto ha sido escrito. – sentencia Klaus abandonando, por el momento, todas sus dudas.
Después de girar sobre sí mismo como una columna de viento, Klaus, hace una declaración de intenciones:
-Quiero demostrar que la verdad tiene muchas caras y frecuentemente se falsea. Mostraré mi inocencia y, en relación a los colombianos, puedo demostrar que son buena gente, me invitaron a una cerveza. El problema es que no beben y me dejaron por imposible cuando ya llevaba tres. Después de la cuarta no recuerdo nada. - aseguró, Klaus, dirigiéndose a una verdad que sólo ha visto él y creyendo estar de su parte.
-Intentaré averiguar algo extraoficialmente, te habrán hecho algún análisis de sangre, pero no te prometo nada…– afirmó Alex tranquilizando a Klaus.
-Sabía que no podías fallarme, Alex, te lo agradezco, tienes que echarme un cable, amigo. – respondió más calmado asentándose en su papel.
En ese instante aquellos vientos insolentes con los que Klaus había renegado de su propia historia, se apaciguaron soplando más favorables. Alex lo miró a los ojos cómplice, apagó su habano y se esfumó… CONTINUARÁ…

Copyright 2009: Esther Ferrer Molinero

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GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!