8/3/09

LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE BESOS



Cuando Klimt materializó ‘El beso’ inmortalizó su pasión borderline. Busqué en aquel beso sin marco una mancha de pintura rouge. Sentimientos encontrados en un mosaico caleidoscópico. Noche crujiente de estiletes perfilando labios sangrantes.

¡Los ladrones de besos andan sueltos por la ciudad, sobre todo el fin de semana! Se ven en todos los paneles publicitarios, se mueven en los lugares más oscuros, se citan en el árbol de los enamorados de la Alameda de Santiago y en los pubs más concurridos. Se ofrecen recompensas suculentas para aquellos que consigan atraparlos.
Los besos robados pertenecen a una boca pálida restituida en la sección de objetos perdidos. Otras bocas, que se abren y cierran, observan apetentes sus labios sensuales. Las más coquetas devoran barras de labios hidratantes, bocas sedientas de humedades reclaman su derecho de propiedad.

¡Cuidado! Los Piratas del beso portean un saco repleto de hurtos, un saco de besos… robados. Son besos huidizos, escurridizos, imantados. Atacan cuando menos te lo esperas, siempre al acecho minan tus defensas. Te hacen la envolvente. Se cuelan primero en tu boca, después en tu vida, en tu casa y, finalmente, en tu corazón. Entran bajo un pretexto y se instalan por una larga temporada. Son ocupas en un cuerpo globalizado, son las vainas que se apoderan de tus sueños, son ‘La invasión de los ladrones de cuerpos’. Delincuentes de guante blanco que bailan claque en una versión musical silenciosa. Se organizan como banda armada, son terroristas de la noche que secuestran vidas y no negocian rescate. Si te resistes, es peor, ya que atacan con más virulencia.

Medidas preventivas y protocolo de actuación:
1.- Besar primero para neutralizar el efecto.
2.- Abducir antes de ser abducido.
3.- No dejar que ocupen tu cuerpo sin consentimiento.
4.- No ocupar varios cuerpos al mismo tiempo, si sólo puedes ocupar uno.
Nota al nº 4: Si puedes ocupar varios cuerpos, es importante no confundir sus nombres.
Todas estas medidas se recogen en una: Poseer un cuerpo sutil para no sentir dolor, necesidad o apego.
Esther Ferrer Molinero.

1 comentario:

  1. ¿Te han roto el corazón en alguna ocasión?

    Me ha gustado sobre todo la nota al pie del número cuatro. Supongo que esos puntos los pensamos todos ¿O no?

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GUILLOTINADO EXPRÉS!!!
Cuchillos afilados, cuchillos sangrantes...
rodarán cabezas... ¡Qué le corten la cabeza!